Inicialmente las bacterias genéticamente modificadas se han utilizado para terapia génica, pero debido al creciente interés en el estudio del microbioma y cómo este afecta la salud, se han comenzado a probar para tratamiento de diversas enfermedades, utilizando microrganismos genéticamente modificado, los cuales comúnmente se encuentra en nuestro cuerpo. Matther Chang, biólogo de la National University of Singapore, junto a su equipo han modificado las bacterias Escherichia coli y Lactobacillus, quienes se encuentran en el intestino, para reconocer y eliminar a microrganismos patógenos. Esta técnica también ha sido probada para tratar la fenilcetonuria, diabetes y tratar efectos secundarios del tratamiento de quimioterapia.
Pero la preocupación que se genera frente a esta potencial herramienta radica en la capacidad que tienen los microrganismos de transferir material genético entre ellos, significando un potencial riesgo con consecuencias totalmente desconocidas. Aunque de momento, investigadores se encuentran desarrollando métodos para evitar estos riesgos.