Investigadores de la University of North Carolina evaluaron el efecto de mantener una dieta alimenticia saludable y realizar ejercicio de manera regular sobre el peso y la presión arterial. El estudio se realizó en 129 personas entre 40 y 80 años, quienes además se consideraban como obesos o con sobrepeso. Al menos la mitad de ellos cumplían con los requerimientos para tomar antihipertensivos, pero al momento del estudio ninguno de ellos lo hacía. El estudio evaluó un programa de 16 semanas en donde un grupo de personas debía realizar 3 veces a la semana ejercicios y cambiar su alimentación por la dieta DASH, la cual tiene como objetivo mejorar la salud cardiovascular. Un segundo grupo sólo debía cambiar su dieta alimenticia y un tercer grupo era el control. Sorprendentemente, luego de las 16 semanas sólo un 23% de los participantes que sólo modificaron su dieta cumplían con los criterios para tomar antihipertensivos y sólo un 15% de aquellos que cambiaron tanto su dieta como actividad física necesitaban de los medicamentos. En promedio, el grupo que sólo modifico su alimentación redujo su presión arterial sistólica en 11mmHg y diastólica en 8 mmHg. Mientras que el grupo que modificó la alimentación y actividad física redujo su presión arterial sistólica en 16 mmHg y diastólica en 10 mmHg. Este estudio revela el gran impacto que tiene un cambio de estilo de vida sobre la presión arterial, disminuyendo la necesidad de consumir medicamentos antihipertensivos tan sólo modificando la alimentación y la actividad física.