Este año, Douglas Tompkins anunció que donaría al Estado gran parte de los terrenos que poseía, y con esto este martes se oficializó la creación del Parque Nacional Patagonia, el cual posee un total de 304.527 ha, ubicado en la Región de Aysén. Con la integración de estos terrenos, Chile ahora cuenta con un 21% de su territorio en categoría de Área Silvestre Protegida (Parques, Reservas y Monumentos). Esta medida representa un avance en términos de protección de nuestra biodiversidad. No obstante, en la actualidad se nos presentan grandes amenazas: la llegada de turistas a estas áreas provoca deterioro e introducción de especies invasoras (animales y plantas), limitando el espacio para la flora y fauna nativa, explicó Juan Armesto, Académico de la Pontificia Universidad Católica e investigador de la Sociedad de Biología de Chile y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). Por otra parte, Francisco Squeo, también investigador del IEB y de la Sociedad de Biología de Chile, agrega que sólo la mitad de los parques poseen planes de manejo, es decir, muchos parques son “de papel”, careciendo de medidas de control de amenazas, como por ejemplo el Parque Alberto Agostini (Magallanes), el cual no posee funcionarios de la Conaf, a pesar de que hay un fuerte turismo dentro de él. Ante este escenario, resulta imperante el establecimiento de un plan de trabajo y monitoreo para mejorar y hacer efectiva la protección de estas áreas que están bajo resguardo del Estado.