Investigadores de la Australian National University (ANU) hallaron que un grupo de lagartijas pertenecientes al género Liolaemus, los cuales se distribuyen exclusivamente a lo largo de la Cordillera de Los Andes, evolucionaron en su forma de reproducción desde crías vivas hacia la forma de huevo. La formación de Los Andes habría generado condiciones climáticas no aptas para la incubación de huevos, por lo que el grupo de Liolaemus debió evolucionar hacia la reproducción mediante crías vivas. Pero, una vez que las especies colonizan hacia regiones de menor altitud, lograron volver a la reproducción mediante huevos, violando la Regla de Dollo de la irreversibilidad, la cual establece que un organismo no puede volver a un estado pasado, incluso si se hallara bajo condiciones similares a las cuales habitó en el pasado. De acuerdo con el grupo de investigación, Los Andes es responsable de una gran diversidad en lagartijas, promoviendo la diversidad en una manera muy similar a la que ocurre en islas oceánicas.