El derretimiento de hielos en Siberia podría dejar al descubierto virus que estuvieron miles de años inactivos. Pero el virólogo Gonzalo Barriga se muestra suspicaz al respecto.
El permafrost siberiano, como es conocida la capa de suelo permanentemente congelada y donde hay animales prehistóricos enterrados en la tundra rusa, está siendo foco de preocupación para científicos. El calentamiento global amenaza con derretir esta placa gélida y, con eso, dejar expuestos los virus y enfermedades milenarias que yacen bajo el hielo.
Sin embargo, científicos como Gonzalo Barriga, investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile (ICBM), son suspicaces respecto de esta visión negativa. «El cambio climático está haciendo que los hielos se derritan y estas enfermedades vuelvan a aparecer. Una de las cosas que ha pasado en el último tiempo fue un brote de antrax el año 2016, por eso comenzó esta alarma. Pero el antrax existe, y lo que se cree es que en este lugar hay varios cementerios donde se guardaron animales que murieron en algún tiempo y los pusieron en una especie de fosas comunes. La idea de esta propuesta es que probablemente al descongelarse estas enfermedades vuelvan a reemerger», reconoce el virólogo.
Y aunque este tema se ha difundido de manera internacional como un posible despertar de enfermedades prehistóricas, Barriga es enfático en señalar que el término le parece alarmista. «En virología hay varios patógenos que se han visto aparentemente durante toda la vida. Se han encontrado momias con pústulas de sarampión, o viruela, y se han encontrado jeroglíficos con personas que parecieran que tuvieran polio. Los virus han estado con nosotros desde siempre», afirma el especialista.