Ingerir grasa y no engordar es posible, si se inhibe una enzima del cuerpo. Conseguirlo fue un quebradero de cabeza para la ciencia, pero en Chile ya se patentó la fórmula y está ad portas de terminar su estudio en animales.
¿Cuan milagroso sería pensar que con un simple fármaco podrías evitar que engordes aún teniendo una dieta alta en grasas y, por ende, sin sufrir de hipertensión, colesterol alto y diabetes? Suena a algo que sólo ocurriría en los sueños, pero lo cierto es que en Chile un equipo de científicos está haciendo que parezca posible lo que debería ser considerado como “el medicamento del siglo”.
En el mundo se estima que el 13% de la población es obesa, mientras que el 30% sufre del síndrome metabólico. Por ende, las muertes en todo el planeta ligadas a problemas de peso, considerada la gran pandemia del siglo XXI, se cuentan por millones.
La prometedora iniciativa científica lleva unos doce años urdiéndose en Chile, a cargo de los doctores Carlos Fardella y Pablo González, del Consorcio Tecnológico en Biomedicina Clínico Molecular (BMRC) de la Universidad Católica.
Ingerir grasa y no engordar es posible, si se inhibe una enzima del cuerpo. Conseguirlo fue un quebradero de cabeza para la ciencia, pero en Chile ya se patentó la fórmula y está ad portas de terminar su estudio en animales.
La magia ocurre con la enzima “11 beta tipo 1”. Hace algunos años, la ciencia descubrió que su presencia incidía directamente con la gordura. Básicamente, ese elemento hace que la cortisona, una hormona inactiva, se convierta en cortisol. Esa sustancia es la que se aloja en la zona del abdomen, además de la sangre, e incita al cuerpo a acumular grasa.
“Si el cortisol es capaz de producir aumento de peso, de grasa, y la hipertensión, bloquear esta enzima sería ideal. Cuando se supo, partieron varios grupos científicos tratando de hacer lo mismo, pero fallaron. No porque no inhibieran la enzima, sino porque sus compuestos, además de inhibir la ‘tipo 1’, hacían lo mismo con la ‘tipo 2’. Eso producía hipertensión y la gente podía morir, y es justo el efecto no deseado”, cuenta a Publimetro el doctor Fardella.
El equipo chileno se volcó al laboratorio y al computador, y luego de recurrir a modelos computacionales de selección, lograron dar con dos compuestos capaces de inhibir a la famosa “11 beta tipo 1”, sin afectar a la otra enzima. Tras eso, lo probaron en células y bingo: podían evitar que la cortisona se convirtiera en cortisol. “Obviamente esto no es una fórmula al aire, ya la patentamos tanto en Chile como en Estados Unidos”, afirma el científico.
Lo que podría ser una proeza, ahora está finalizando sus estudios preclínicos con animales, y de aquí a fin de año ya verá sus resultados. “Lo que estamos probando es que las ratas bajen de peso y los estudios hasta ahora demuestran dos cosas: primero, que es absorbido por las ratas y se acumula en la grasa, y que el compuesto no es tóxico para ellas”, señala Fardella.
Si la investigación de la UC demuestra su efectividad, sería un remezón pocas veces visto en la medicina mundial. Ni que decir en Chile, donde el 74% de los mayores de 17 años tiene exceso de peso y casi un tercio de toda la población presenta obesidad.
“Imagina la importancia que tendría: sería el primer fármaco real en tratar la obesidad, la diabetes, la hipertensión y los trastornos metabólicos de los triglicéridos y colesteroles. Ya de pensarlo se eriza el pelo. Sería lo que todo el mundo ha buscado por años, un tremendo logro de la ciencia chilena”, afirma el investigador.
Para que el fármaco demuestre su efectividad en humanos, es esencial el resultado que saldrá en los próximos meses del experimento en ratas. Si bien nada es 100% seguro, hasta ahora no ha tenido ningún efecto secundario. “Todo apunta que, por los antecedentes de los estudios in vitro, la buena tolerancia, por la capacidad del fármaco de irse a la grasa abdominal, debería andar bien”.
A futuro, el fármaco mataría “tres pájaros de un tiro: la obesidad, la hipertensión y la diabetes”. Preliminarmente prescribir para la gente obesa, aunque otra posibilidad es usarla de manera preventiva, para aquellas personas con predisposición genética a engordar.