En el sector público no se ha registrado un alza significativa en la entrega de la pastilla.
Después de una década en Chile, y a sólo cuatro años de que se permitiera su venta sin receta médica, la píldora del día después vuelve a estar en primera línea luego que la última encuesta Cadem revelara que el 76% de los chilenos apoya su uso como método de anticoncepción de emergencia.
De acuerdo a las cifras del mercado privado, el uso de esta alternativa creció 1.091% desde septiembre de 2009, fecha en la que Escapel fue lanzado en nuestro país bajo el nombre de Escapel 1, un producto desarrollado en Europa, certificado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA por su sigla en inglés) y que en Chile es comercializado -con la aprobación del Instituto de Salud Pública (ISP).
Según los antecedentes, en 2009 el consumo del método alcanzó a 26 mil 747 dosis. Nueve años más tarde, en 2018 se vendieron 345 mil 506 dosis, es decir, su uso aumentó alrededor de 13 veces desde su lanzamiento, y luego que la ley que fija las Normas sobre Información, Orientación y Prestaciones en materia de regulación de la fertilidad, permitiera su distribución, tanto en el sistema público como el privado.
En 2015, el Instituto de Salud Pública (ISP) publicó un decreto que permitió la dispensación de la PAE en farmacias, sin receta médica. El hecho generó que la demanda por Escapel y sus genéricos se incrementaran en, aproximadamente, un 195% al año 2018.
En el servicio público de salud, donde la píldora se entrega de manera gratuita, el incremento en el uso del medicamento ha sido bajo comparado con el alza que ha tenido en el sistema privado. Si en 2010 se distribuían 49 mil 418 cajas de levonorgestrel, en 2018 sólo se entregaron 55 mil 584.
El ginecólogo experto en anticoncepción, Guillermo Galán, explicó que el bajo consumo de la píldora del día después en el sistema público se debe a factores de carácter sociocultural, pues “gran parte de la población no obtiene la píldora por falta de información” y además, “aún persisten mitos que no permiten el esperado uso que debiera tener el fármaco: asustan con que es abortivo; y yo me pregunto cómo va a serlo si está comprobado científicamente que impide la unión del espermio con el óvulo”.
Modo de uso
La pastilla de anticoncepción de emergencia es un método que se usa para evitar un embarazo no planeado después de una relación sexual sin protección o cuando la alternativa utilizada falla, como ruptura de condón o el olvido de la pastilla habitual.
La pastilla destaca por su presentación en una dosis de 1,5 miligramos de levonorgestrel, una sustancia que inhibe o retrasa la ovulación, razón que explica su nulo efecto abortivo, por cuanto en ausencia del óvulo, no puede haber fecundación.
De acuerdo a lo detallado por Galán, para que el levonorgestrel logre su efecto, “la pastilla debe tomarse máximo 72 horas posteriores a una relación sexual desprotegida, considerando siempre que su efectividad disminuirá con el paso del tiempo”.
“Cualquier mujer puede administrar la píldora; incluso, aquellas que tienen patologías mamarias, hipertensión, diabetes, entre otras enfermedades”, argumentó.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la píldora figura como una de las más eficaces y seguras para evitar el embarazo.
Según los datos, existe un 25% de probabilidades que el fármaco, una vez administrado, cause un poco de náuseas, mareos y vómitos.