Durante tres meses, estudiante de doctorado de Quintana Roo, Alfredo Yanez, investigó formaciones rocosas generadas por bacterias presentes en Laguna Bacalar.
Movido por la metodología usada para estudiar el ciclo del nitrógeno que utiliza la Dra. Verónica Molina en el Observatorio de Ecología Microbiana de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, el estudiante de doctorado del colegio de la Frontera Sur de México del estado de Quintana Roo, Alfredo Yanez, realizó una estancia de tres meses en la Universidad de Playa Ancha (UPLA).
El especialista del centro público mexicano de investigación, dependiente del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, ECOSUR, trabaja en un proyecto en laguna Bacalar -sitio con «arrecifes bacterianos» o microbialitos más importante del mundo-, el cual es codirigido por el Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La iniciativa investiga el comportamiento de los microbialitos frente a la presencia de especies reactivas de nitrógeno en la laguna, a causa de la acción contaminante del hombre.
Los microbialitos son formaciones rocosas creadas por la actividad de comunidades bacterianas que viven en el fondo de un cuerpo de agua, al interactuar con el ambiente. Como dice Yanez, son «rocas con vida» a las que por su capacidad metabólica para liberar oxígeno se las responsabiliza de la formación de la capa de ozono, y la posterior aparición de la vida en el planeta, hace 3 mil 500 millones de años. De allí su importancia histórica, ecológica y evolutiva.
Dada la intensificación de la actividad turística en laguna Bacalar, ésta se ha visto afectada por contaminantes como nitratos, nitritos y amonio, lo que ha influido negativamente en la diversidad ecológica del lugar.
«Las comunidades bacterianas son unos de los principales indicadores de los procesos que se realizan en su entorno. Es decir, cuando cambia la calidad del agua las comunidades bacterianas responden frente a ello. A través de las técnicas de secuenciación masiva que hacemos, podemos encontrar la lista de bacterias que conforman estos microbialitos. Y comienzan a aparecer bacterias que no son tan comunes para los microbialitos que se han reportado en México y en el mundo. Comienzan a aparecer bacterias oportunistas asociadas a las infecciones del hombre», explicó el investigador y magíster Alfredo Yanez.
El científico trajo el ADN ambiental de las muestras extraídas en la laguna mexicana para estudiarlas en el laboratorio de microbiología de la UPLA, y medir enzimas específicas del ciclo del nitrógeno. Esta información es relevante para identificar de qué manera estos microorganismos, que son la evidencia más antigua de vida sobre la Tierra, sobreviven y responden a las amenazas del entorno.
«El laboratorio de Verónica Molina, que es una de las expertas del ciclo del nitrógeno –dijo el investigador- tiene una serie de baterías metodológicas que nos permiten asociar con su trabajo estos escenarios para decir cómo se están comportando nuestras comunidades (bacterianas) en un escenario donde hay poco y en otras muchas especies reactivas de nitrógeno», agregó.
En la UPLA accedió también al equipo lector multimodal Cytation5, Biotek, capaz de realizar múltiples experimentos de una sola vez, que van desde observaciones microscópicas a cuantificaciones de componentes, en ensayos que arrojan imágenes y datos numéricos, en un solo experimento.
En Chile, Yanez tuvo además la oportunidad de tomar muestras de microbialitos en zonas extremas y realizar mediciones en Salar de Huasco, así como en Lago Sarmiento y Laguna Amarga ubicados en Torres del Paine, y en el Parque de los Estromatolitos en Porvenir, lugares australes en los que trabajó con el Instituto Antártico Chileno en el marco del proyecto de cooperación internacional del que es parte, denominado «Impactos de la diversidad microbiana de ecosistemas polares frente al cambio ambiental».