¿Qué tan dueños somos de nuestros actos? ¿Qué determina nuestras decisiones? Estas son preguntas interesantes que han sido abordadas desde la antigüedad por disciplinas del pensamiento como la filosofía y la teología. La neurociencia no ha sido ajena a ellas, y las ha abordado a través de estudios comportamentales, neuroquímicos, y fisiológicos. El reciente trabajo del grupo del profesor Mauro Costa-Mattioli, de la universidad de Baylor en Houston, ha probado que la presencia de una sola bacteria en el intestino, Lactobacillus reuteri (L reuteri), es capaz de modificar el comportamiento de ratones con deficiencia en su sociabilidad. Aunque a primera vista puede pasar desapercibido, este estudio tiene implicaciones muy interesantes para la neurociencia y el estudio del comportamiento.