El cerebro es el órgano central para percibir y adaptarse a las distintas circunstancias. La actual pandemia es un factor desencadenante de estrés, acción que remodela su arquitectura para responder ante el peligro que representa ese nuevo virus. Una adaptación exitosa, que ha permitido a los humanos evolucionar, pero que cuando es persistente, como hoy, muestra múltiples efectos en el organismo.