La evolución humana está operando en la Cordillera de los Andes. Los quechuas, un pueblo indígena de Perú que ha vivido en altitudes superiores a los 2500 metros durante al menos los últimos 11.000 años, han desarrollado adaptaciones genéticas para sobrevivir en su duro entorno. Un nuevo estudio encuentra que estas condiciones extremas pueden cambiar las modificaciones químicas que controlan la actividad de ese ADN. Estas alteraciones “epigenéticas” son la primera evidencia de que crecer en las montañas puede alterar no solo los genes, sino también cómo los usa el cuerpo.