Es como algo salido de la ciencia ficción. La investigación dirigida por el Laboratorio Bigelow de Ciencias Oceánicas ha revelado que un grupo de microbios, que se alimentan de reacciones químicas desencadenadas por la radiactividad, han estado en un punto muerto evolutivo durante millones de años. El descubrimiento podría tener implicaciones significativas para las aplicaciones de la biotecnología y la comprensión científica de la evolución microbiana.