La pandemia por COVID-19, el confinamiento y desigualdad multidimensional que existe en Chile son factores que golpean a toda la población, no obstante, uno de los grupos más afectados por esta situación son las personas mayores. Esto debido a las problemáticas específicas que vivencia este grupo etario como la discriminación, la vulneración de sus derechos, la desigualdad y la poca concurrecia del Estado para palear estas situaciones.
Se acaba. Se van 366 días -sí, 2020 fue bisiesto- que difícilmente se olvidarán. En Chile, cuando aún estaba fresco el estallido social llegaron la pandemia y su respectiva cuarentena, gatillando una gama de reacciones que han marcado estos meses con incertidumbre, miedo y, en menor medida, esperanza y alegría.
Un grupo de investigadores se preguntó si el aumento de proteína o grasa en la dieta tenía alguna consecuencia a nivel cerebral, por lo que estudiaron el efecto de estas dietas en la expresión de ciertos genes que están relacionados con el hambre y el placer en una región del cerebro llamada hipotálamo.
Muchas afecciones neurodegenerativas, desde el glaucoma hasta la enfermedad de Alzheimer, se caracterizan por lesiones en los axones, las proyecciones largas y delgadas que conducen impulsos eléctricos de una célula nerviosa a otra, lo que facilita las comunicaciones celulares. La lesión de los axones a menudo conduce a deterioro neuronal y muerte celular.
Utilizando un virus e información genética que modifica la actividad de las neuronas, Investigadores chilenos lograron patentar sus avances trabajos y licenciar el conocimiento obtenido a una empresa de biotecnología belga para que siga desarrollando los estudios clínicos en humanos.
Hace dos años, el inmunólogo y empresario de publicaciones médicas Leslie Norins ofreció otorgar 1 millón de dólares de su propio dinero a cualquier científico que pudiera demostrar que la enfermedad de Alzheimer era causada por un germen.
La suspensión temporal de las postulaciones al programa de becas al extranjero provocó desazón entre los investigadores, pero algunos coinciden en que es una oportunidad para pulirlo. Alinearlo con una política nacional de conocimiento y solucionar el problema de la reinserción de los becarios es lo que más se escucha. Mientras tanto, el Ministerio de Ciencia trabaja un plan que pretende perfeccionar la trayectoria del capital humano avanzado.
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La esclerósis múltiple (MS, del inglés) es una enfermedad autoimmune del Sistema Nervioso Central, y la activación de microglías está asociada a su progresión.
Berglund et al. muestra que microglías cargan una forma no canónica de autofagia cuyo objetivo es degradar y eliminar la mielina. La deleción del regulador de autofagia Atk7, pero no de la proteína de macroautofagia canónica Ulk1, estaba asociado a una mayor acumulación de mielina fagocitada y una falta en la recuperación de una enfermedad similar a MS en ratón. Microglías de ratones de mayor edad con una enfermedad similar a MS presentaban similitudes funcionales y fenotípicas a una microglía deficiente en Atg7, pero al tratarlos con trehalosa promovió la eliminación de la mielina y la remisión de la enfermedad. Estos resultados sugieren que una forma no canónica de autofagia en microglías es crítico para la degradación y eliminación de mielina, proporcionando así información sobre la función de la microglía durante la MS.
Fuente: immunology.sciencemag.org
Cuando un ratón macho siente una amenaza territorial de otro macho, una reacción agresiva hacia el invasor se activa instintivamente. Cuando el mismo ratón detecta una hembra sexualmente receptiva, sin embargo, su reacción tiende a ser un intento de apareamiento, no un ataque. Los mensajes pueden comenzar con el olor y la vista de otro ratón. Pero, ¿dónde clasifica el cerebro del ratón las opciones para la reacción social adecuada?
Una nueva investigación podría permitir a los científicos cooptar el componente básico de la biología, la célula, para construir materiales y estructuras dentro de los organismos. Un estudio, publicado en marzo en Science y dirigido por el psiquiatra y bioingeniero Karl Deisseroth de la Universidad de Stanford, muestra cómo hacer que células específicas produzcan polímeros que transportan electricidad (o bloquean) en sus superficies. El trabajo podría algún día permitir a los investigadores construir estructuras a gran escala dentro del cuerpo o mejorar las interfaces cerebrales para las prótesis.