La enfermedad de Huntington es una patología neurodegenerativa genética, hereditaria, que se produce debido a una mutación genética, que afecta a un grupo específico de neuronas y que se produce por la acumulación en el cerebro de una proteína llamada huntingtina.
Las sinapsis excitadoras conectan las neuronas en el cerebro que conforman los circuitos que permiten el comportamiento. Cizeron y col. examinó las sinapsis en el cerebro del ratón desde el nacimiento hasta la vejez y presenta los datos como un recurso comunitario, el Mouse Lifespan Synaptome Atlas (ver la Perspectiva de Micheva et al.). Las características moleculares y morfológicas definieron 37 subtipos de sinapsis. Aunque la densidad de sinapsis generalmente aumentó en el desarrollo temprano y disminuyó en la vejez, los detalles diferían en diferentes áreas del cerebro.
Claudio Hetz, director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, adelanta un posible agravamiento en patologías neurodegenerativas y psiquiátricas. Confinamiento en espacios hacinados, falta de interacción social y sedentarismo tendrán un impacto significativo sobre estas poblaciones, según el investigador. El académico recalcó además que el mayor riesgo de que adultos mayores sufran complicaciones por coronavirus tiene que ver, entre otros factores, con un aumento de la inflamación crónica.
Es una ilusión visual clásica: dos puntos grises aparecen en un fondo que consiste en un degradado de gris claro a negro. Aunque los dos puntos son idénticos, parecen muy diferentes en función de dónde se colocan en el fondo.
Al desarrollar un modelo de laboratorio de la barrera hematoencefálica humana (BBB), los neurocientíficos del Instituto Picower para el Aprendizaje y la Memoria del MIT descubrieron cómo el gen de riesgo de enfermedad de Alzheimer más común causa que las placas de proteína amiloide interrumpan la vasculatura del cerebro y demostraron que podían prevenir el daño con medicamentos ya aprobados para uso humano.
El cerebro es el órgano central para percibir y adaptarse a las distintas circunstancias. La actual pandemia es un factor desencadenante de estrés, acción que remodela su arquitectura para responder ante el peligro que representa ese nuevo virus. Una adaptación exitosa, que ha permitido a los humanos evolucionar, pero que cuando es persistente, como hoy, muestra múltiples efectos en el organismo.
El cerebro tiene una poderosa capacidad para recordar y conectar eventos separados en el tiempo. Y ahora, en un nuevo estudio en ratones, los científicAos han arrojado luz sobre cómo el cerebro puede formar enlaces tan duraderos.
De forma insospechada, en los últimos años diversas investigaciones científicas indican que el intestino tendría un rol fundamental en la muerte de estas neuronas. En este sentido, alteraciones en la población bacteriana que normalmente coloniza nuestro intestino sería una condición favorable para inducir el inicio de la enfermedad.
Proyecto de investigación doctoral, que será destacado por la revista Nature Communications en próximos días, activó una colaboración entre laboratorios de seis países que permitió generar este hallazgo. Estudio describió cómo la proteína IRE1α es capaz de regular la reparación del daño en el ADN, una de las principales causas de la progresión y desarrollo de esta patología. Los resultados pueden ser una puerta de entrada a nuevos blancos terapéuticos contra la enfermedad, destaca Claudio Hetz, director del Instituto de Neurociencia Biomédica.
Los expertos advierten que el confinamiento va a dejar una profunda huella psicológica en algunas personas, sobre todo en quienes sienten miedo de salir y quienes tienen trastornos obsesivos.