Todos conocemos bien cuales son las repercusiones que trae consigo el cambio climático: aumento en las temperaturas, aumento de los niveles del mar, disminución del pH en los océanos, entre otros. Pero en el Ártico y en la Antártica, estos cambios ocurren con mayor rapidez. La Dra. Nicole Trefault, directora del Centro de Genómica, Ecología y Medio Ambiente de la Universidad Mayor (GEMA) y una de las conferencistas del XXIV Congreso Latinoamericano de Microbiología ALAM de este año, explica que si bien la oscilación de la temperatura de la Tierra es de 1.5 a 2ºC, en los polos puede llegar a ser de 3ºC. Y este acelerado aumento provoca concretamente un cambio en las condiciones fisicoquímicas del agua, debido al ingreso anómalo de nutrientes y dilución de la salinidad por derretimientos de masas de hielo, las cuales son de agua dulce. Estas condiciones alteran la diversidad microbiana, pudiendo llegar a desaparecer algunos de ellos sin siquiera conocer la función ecosistémica que cumplen, debido a que todavía no se logra conocer completamente la diversidad existente.