Al igual que una ciudad urbana en expansión, ciertos vecindarios del cuerpo humano apoyan a diferentes comunidades de microbios. Y muchos de estos son buenos tipos; los microbios en nuestro intestino nos ayudan a digerir los alimentos, por ejemplo, mientras que aquellos en nuestra lengua y piel pueden proteger contra los patógenos invasores. Ahora, los investigadores también han encontrado bacterias beneficiosas en nuestra nariz. Este «microbioma nasal» puede proteger contra la inflamación crónica de los senos o incluso las alergias.