Fue colectado el 2011 durante la 47ª Expedición Científica Antártica organizada por el Instituto Antártico Chileno. Tras años de misterio, investigadores chilenos y estadounidenses reportan que corresponde a un huevo de cáscara blanda, el primero descubierto en el Continente Blanco, y que corresponde a un reptil marino extinto. Hallazgo fue publicado en la revista Nature.