La proteína spike (S) del SARS-CoV-2 permite la entrada del virus a la célula hospedera al unirse al receptor de la enzima convertidora de angiotencina II (ACE2) y es un gran target para los anticuerpos neutralizantes. Alrededor de 20 a 40 espinas decoran la superficie del virus. Turoňová et al. ahora muestra que esta proteína se une de manera flexible a la superficie del virus, mediante 3 «bisagras» que están bien protegidas por sitios de glicosilación. La flexibilidad conferida por estas 3 bisagras podrían explicar como múltiples proteínas S pueden actuar concertadamente para unirse a la superficie plana de la célula hospedera.