El estudio los insectos que se encuentran en nuestro planeta es un área altamente relevante dentro de la Ecología, ya que ellos cumplen roles fundamentales en el funcionamiento de los ecosistemas y en nuestro bienestar, a partir de beneficios tales como la polinización, control de plagas, descomposición de la materia orgánica y también son fuente de inspiración para las artes y nuestras costumbres. Sin embargo, los insectos están francamente amenazados principalmente por la pérdida de hábitat y el cambio de uso del suelo, transformando coberturas naturales hacia la agricultura y urbanización, entre otros factores (Eggleton, 2020, Annu. Rev. Environ. Resour.)
Bajo este escenario se encuentra trabajando la Prof. Audrey Grez, Académica Titular de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de la Universidad de Chile. En su Laboratorio de Ecología de Ambientes Fragmentados se ha dedicado en los últimos casi 30 años a entender el rol del paisaje en la conservación de la biodiversidad de insectos y sus servicios ecológicos en áreas productivas forestales y agrícolas. Entre estas últimas áreas, ha prestado especial atención a la ecología de los coccinélidos en plantaciones de alfalfa.
La Prof. Grez ha sido la única mujer en recibir, el año 2016, el Premio “Patricio Sánchez Reyes”, entregado por la Sociedad de Ecología de Chile por la contribución al desarrollo de la disciplina y sus aportes a esta sociedad científica.
Entre los coleópteros, cuya diversidad es enorme, encontramos a los coccinélidos o Coccinellidae, que frecuentemente presentan una morfología redondeada, colores vivos y ayudan al control de las plagas agrícolas. “Yo trabajo con biodiversidad en sistemas agrícolas desde hace casi 30 años, los coccinélidos son insectos, en general, benéficos para la agricultura ya que controlan plagas de áfidos, escamas, chanchitos blancos, mosquitas, lepidópteros, ácaros, entre otras. En ese sentido, las también conocidas como “chinitas” son un grupo diverso, existiendo 119 especies en Chile. De este número, cerca de un 80-90 % son nativas y muchas de ellas endémicas, es decir: especies que habitan sólo en este país”, explica la Prof. Grez.
Este grupo de insectos es muy interesante, no sólo porque brindan un beneficio importante a la naturaleza como el control de poblaciones, sino que también son de fácil estudio por los investigadores, al ser muy conspicuos y adecuados para estudiarlos en el campo y en el laboratorio. “Decidimos seguir esta línea de identificar los factores que promuevan la conservación de la biodiversidad en agroecosistemas porque, en general, los ecólogos – en el país y en el mundo – están trabajando en flora y fauna en áreas protegidas y no en sistemas antrópicos, que representan la mayor amenaza a la biodiversidad. Eso es una paradoja”, acota. Bajo dicho antecedente, que se vincula con la importancia de la observación y conservación de especies en paisajes no protegidos, la Prof. Grez se planteó cómo manejar el paisaje agrícola para que las especies nativas puedan sobrevivir mejor y desde aquella interrogante, ha provisto interesantes antecedentes asociados a los coccinélidos.
“Al seguir a los coccinélidos desde fines de los ´90s, tenemos una historia a largo plazo de cómo han ido cambiando en cultivos de alfalfa, modelo que elegimos porque es un cultivo que presenta una gran diversidad de chinitas, con muchas especies nativas, aunque las exóticas dominan”.
Para la década de los 2000, los experimentos que realizaba la Prof. Grez y su equipo tendían a enfocarse en cómo los coccinélidos nativos eran afectados por la fragmentación y pérdida de hábitat en cultivos de alfalfa. “En ese entonces, la especie nativa Eriopis chilensis era la más común del ensamble y podíamos evaluar fácilmente su abundancia y dispersión en paisajes experimentalmente fragmentados”. En la medida que fueron avanzando con estas investigaciones, los científicos y científicas se dieron cuenta que “la cantidad de coccinélidos nativos ha ido disminuyendo notablemente y han sido reemplazados por especies de coccinélidos exóticas, algunas introducidas para el control biológico de plagas de la agricultura y una especie invasora”, enfatiza la también Licenciada en Biología de la Universidad de Chile.
Composición del paisaje y coccinélidos nativos y exóticos en alfalfales
La Prof. Grez ha observado cómo el cambio de uso del suelo en el paisaje de Chile central afecta a los coccinélidos nativos y exóticos. “Hemos tenido esta mirada de paisaje, más allá del cultivo, por cuanto estos insectos se mueven a esta escala espacial y no sólo dentro del cultivo. Efectivamente, encontramos que las especies nativas de coccinélidos son favorecidas por coberturas más naturales o semi-naturales, y las exóticas por coberturas agrícolas. El área de coberturas naturales remanente en el paisaje que rodea cultivos afecta notoriamente la composición, abundancia y diversidad de coccinélidos nativos y exóticos que colonizan y permanecen en el cultivo. Las coberturas naturales y semi-naturales ofrecen sitios para hibernar, reproducirse o alimentarse a los coccinélidos y desde allí ellas pueden colonizar los cultivos rápidamente, lo que resulta en un beneficio a la agricultura. Eso es relevante pues provee elementos que pueden ser usados para el mejor manejo del paisaje y la conservación de la biodiversidad nativa en agroecosistemas.
Otra cosa interesante que encontramos es que los coccinélidos nativos cumplen un rol muy importante en el control biológico de plagas en la alfalfa, a pesar de su menor abundancia en comparación con los exóticos. Hemos constatado, experimentalmente, que en aquellos alfalfales donde hay más coccinélidos nativos, la disminución del número de áfidos es mayor que en otros alfalfales con menor abundancia de coccinélidos nativos”, indica.
Invasión de Harmonia axyridis y coccinélidos nativos
La Prof. Grez indica que a fines de los ‘90, la chinita arlequín (Harmonia axyridis), especie originaria de Asia, invadió lugares templados de todo el mundo, afectando negativamente a las otras especies de coccinélidos, especialmente las nativas al consumir sus recursos y al devorarlas, lo que se conoce como depredación intra-gremio. En ese aspecto, la académica además reflexiona: “Una vez que llegó la chinita arlequín a Chile, en 2003-2008, ocurrió un cambio muy significativo en los ensambles de coccinélidos, con una drástica disminución de las especies nativas. Este fenómeno de la invasión de Harmonia axyridis lo hemos podido seguir a gran escala espacial y temporal a partir de una iniciativa de ciencia ciudadana (www.chinita-arlequin.uchile.cl), que nos ha permitido acercar la ciencia a la sociedad, un aspecto prioritario en nuestro laboratorio”, finaliza.
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Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®
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