Los discos duros y las unidades ópticas almacenan gigabits de datos digitales con solo presionar un botón. Pero esas tecnologías, como las cintas magnéticas y las unidades de disquete anteriores a ellas, pueden volverse anticuadas e ilegibles cuando son superadas por nuevas tecnologías. Ahora, los investigadores han encontrado una forma de escribir datos electrónicamente en el ADN de bacterias vivas, una opción de almacenamiento que es poco probable que quede obsoleta en el corto plazo.