Considere la langosta americana, un crustáceo que habita en el fondo y vive hasta 100 años en estado salvaje. Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo por su asombrosa longevidad: las langostas no se debilitan con la edad y rara vez sufren de cáncer. Ahora, los investigadores han publicado el primer borrador de alta calidad del genoma de la langosta, lo que arroja información sorprendente sobre el sistema inmunológico y la estabilidad genómica del animal que algún día puede ayudar a responder preguntas fundamentales sobre el envejecimiento, no solo en las langostas, sino también en los humanos.
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