No solo los humanos nos orientamos por el brillo estelar. Los animales, desde las aves hasta los escarabajos peloteros, también lo hacen, y podrían desorientarse si las luces de nuestras ciudades inundan el cielo.
No solo los humanos nos orientamos por el brillo estelar. Los animales, desde las aves hasta los escarabajos peloteros, también lo hacen, y podrían desorientarse si las luces de nuestras ciudades inundan el cielo.