La semana pasada, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) anunciaron una subvención de casi $ 470 millones para investigar uno de los misterios de COVID-19: los síntomas debilitantes que muchas personas experimentan semanas o meses después de que desaparece la infección. El estudio inscribirá hasta 40.000 adultos y niños recién o previamente infectados con SARS-CoV-2 para explorar las causas de estos efectos posteriores a la infección, denominados Long Covid, y buscar pistas sobre tratamientos y prevención.