El aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias producen un estrés hídrico que ha sido aprovechado por un hongo. El primer signo es que el follaje de las araucarias comienza a secarse.
El aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias producen un estrés hídrico que ha sido aprovechado por un hongo. El primer signo es que el follaje de las araucarias comienza a secarse.