Cuando la Dra. Coralia Rivas, académica de la Universidad de Concepción, comenzó a estudiar la acción de la vitamina C en células tumorales, aún no se sabía cómo ésta ingresaba a la célula. Sin embargo, en el año 1993, junto a su esposo el Dr. Juan Carlos Vera y su equipo, demostraron el mecanismo con un exitoso manuscrito publicado en la prestigiosa revista Nature.
Para comprender la acción de la vitamina C, es importante tener claro que existen dos formas químicamente activas, una como ácido dehidroascórbico (DHA), en estado oxidado, y la otra como ácido ascórbico (AA), en estado reducido. Este último estado, es el que generalmente conocemos en la sociedad, ya que es la forma estructural que se presenta en la naturaleza, en la sangre y dentro de la células.
En ese sentido, el ácido deshidroascórbico es trasportado por unos transportadores llamados GLUT, los mismos que transportan la glucosa. “Cuando volvimos a Chile, años 2000 – 2001, nuestro equipo descubrió que los transportadores específicos para la vitamina C reducida, llamados SVCT (el transportador de vitamina C, cotransportador de sodio/ascorbato), que fue descubierto por otro grupo de investigadores el año 1999 y que también fue publicado en la revista Nature, estaba localizado intracelularmente en las células tumorales y no en la membrana plasmática”, indica la Dra. Coralia Rivas, profesional experta en el área.
Lo interesante en este sentido, es que las células tumorales, generalmente sobrexpresan este transportador. De hecho, la Dra. Rivas y su equipo observaron que los transportadores GLUTs, en células normales, se presentaban en la membrana plasmática, al igual que las células cancerígenas, pero los transportadores SVCTs se encuentran dentro de la célula. “Luego de muchos estudios, en diferentes tipos de líneas celulares tumorales humanas in vitro, nos dimos cuenta de que este transportador estaba definitivamente dentro de ellas, y nada menos que en la mitocondria, pero no está presente en las células normales. Con este antecedente, pudimos concluir que, en las células tumorales, el transportador SVCT está siempre dentro de la célula, ya sea en la mitocondria o en menor porcentaje, en el retículo endoplásmico”, acota.
Los científicos quedaron impactados al observar que el transportador se ubicaba en la mitocondria de las células tumorales, esta impresión, en parte se debe a que es el lugar donde se genera el ATP (molécula que energiza a la célula). “Observamos que las células tumorales tienen una capacidad mucho mayor de acumular índices elevados de vitamina C, en comparación con las células normales. En ese plano, pudimos apreciar que el transportador SVCT estaba ubicado en la membrana interna de la mitocondria, por lo tanto, la vitamina C ingresa primero a la célula a través de los GLUTs, como DHA y reducida inmediatamente a AA en el citoplasma, para luego ser transportada en el citoplasma hacia el interior del organelo. Este proceso, aumenta la capacidad de supervivencia de las células cancerígenas frente a diversos ambientes prooxidantes. Por otro lado, se ha publicado anteriormente, que esta vitamina las fortalece, volviéndolas resistentes a tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia”, explica la doctora en Ciencias de la Universidad de Concepción.
No satanizar la vitamina C
“La vitamina C no sabe que está haciendo algo que tal vez es dañino para nosotros, solo es ocupada como una fuente de energía, tal como pasa con la glucosa”, explica la Dra. Rivas frente al escenario en que se llegue al extremo de etiquetar el consumo justo de vitamina C como algo perjudicial.
En este contexto, la vitamina C es necesaria para nuestra sobrevivencia, y ni siquiera los pacientes que tienen cáncer debiesen dejar de consumirla, ya que, entre otras cosas, participa en la cicatrización de heridas, regeneración de tejidos y contribuye al sistema inmunológico. “La clave está en tomar lo que se necesita, o sea, no más de 100 mg. diarios”, señala la Dra. Rivas.
Sin embargo, y según la académica: “El problema es que algunos médicos tratan a los pacientes de cáncer con vitamina C de manera endovenosa, y frente a este punto, existe una tremenda controversia, ya que no se han observados resultados positivos concluyentes. Por otro lado, la ingesta de mega dosis de vitamina C no sirve de mucho, ya que se necesita una concentración determinada, 80-100 mg diarios, para cubrir las necesidades del cuerpo. Si hay mayor cantidad que la requerida, los transportadores se saturan y el excedente se elimina por las excreciones o la orina”, enfatiza.
Es así como un paciente con cáncer debería consumir la dosis necesaria de vitamina C al día, distinto es el caso de los deportistas de alto rendimiento, ya que sus necesidades energéticas son diferentes, y deben ser monitoreadas por un equipo especializado. Lo importante es seguir investigando para dilucidar exactamente cual es el rol de ésta vitamina en cáncer.
Por otro lado, y de cara a los desafíos que plantea la continuación de esta investigación, la Dra. Coralia Rivas explica que: “Nos gustaría crear un kit que pudiese detectar tempranamente si la persona tiene el transportador SVCT2 en la mitocondria, para determinar si podría desarrollar un cáncer o no. Inhibir el trasportador y suspender su entrada a la mitocondria es un camino”, finaliza.
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Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®
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Los investigadores han producido algunas de las primeras pruebas que muestran que la selección artificial y la selección natural actúan sobre los mismos genes, una hipótesis predicha por Charles Darwin en 1859.
Con la aprobación unánime de los miembros de su Consejo Superior Universitario, la Universal Austral de Chile (UACh) nombró el pasado jueves 12 de septiembre al biólogo e investigador de la FCB como de CAPES, Francisco Bozinovic, Doctor Honoris Causa de la institución.
El galardón es la máxima distinción académica que otorga esta universidad “a personalidades externas que hayan contribuido de manera extraordinaria al avance del conocimiento en el campo de las ciencias o de las humanidades, al desarrollo de las artes y las letras o, en general, a la promoción ejemplarizadora de altos valores éticos y sociales”. En su historia, sólo 32 personas han recibido este reconocimiento.
Para el Dr. Bozinovic, tanto su nominación como su posterior ratificación significan “una alegría y un honor inmensos, sobre todo considerando que son tus propios ex alumnos los que te proponen como candidato a la distinción, y que se trata de una de las más prestigiosas universidades del país”.
Entre las razones de su nombramiento, destaca el enorme rol que ha jugado el Dr. Bozinovic en la formación de profesionales e investigadores de altísimo nivel en el ámbito de la ecología y la fisiología evolutiva. A lo largo de su carrera, el académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Católica y director de su Departamento de Ecología ha guiado las tesis doctorales de 21 científicos, muchos de los cuales, asimismo, han traspasado su legado a otras generaciones.
Sobre ese mismo legado, el Dr. Bozinovic confiesa: “Mi interés inicial como científico era el de investigar. A la docencia llegué de rebote. Sin embargo, hoy hacer clases y formar alumnos representa una de las experiencias más gratificantes en mi carrera como investigador, pues se trata de la formación de una verdadera escuela de pensamiento que te sobrevive. Cada uno de los investigadores que pasaron por mi laboratorio yo los considero mis hijos, nietos, y hasta mis bisnietos académicos”.
El Decano de la Facultad de Ciencias Biológicas, Dr. Juan Correa, ratifica el papel que le ha cabido al profesor Bozinovic como formador de jóvenes científicos que han consolidado una escuela de pensamiento disciplinar. El Decano también expresó su alegría por el merecido reconocimiento que le ha realizado la UACh al profesor Bozinovic, y el orgullo de contarlo entre los académicos de la unidad.
Con más de treinta años de investigación en el cuerpo, el Dr. Bozinovic ve en este reconocimiento un impulso para continuar su trabajo, que a lo largo de su fértil trayectoria lo ha llevado a explorar temas como la energética y la termorregulación de organismos, la fisiología evolutiva, y la fisiología del cambio climático, un campo más aplicado de la ecología que hoy está en el centro de sus investigaciones.
Se espera que la Universidad Austral de Chile comunique en los próximos días la fecha de ceremonia de investidura.
Iniciativa busca generar redes y fortalecer vínculos para la investigación en genómica e inmunología de peces entre ambos países (Mundo Acuícola).
“Genomics of Coinfection of Pathogens in Salmonid Fish” se denomina el proyecto adjudicado por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), en el Concurso Apoyo a la Cooperación en Investigación Chile-Suecia 2018.
Se trata de la primera convocatoria conjunta entre la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) y la Fundación Sueca para la Cooperación Internacional en Investigación y Educación Superior (STINT), que busca generar redes y fortalecer vínculos entre las comunidades científicas de ambos países.
El proyecto colaborativo fue presentado por el grupo chileno que encabeza el Profesor Dr. José Gallardo, genetista de la Escuela de Ciencias del Mar, y cuenta con la colaboración del Profesor Dr. Luis
Mercado, inmunólogo de peces del Instituto de Biología, y de la investigadora postdoctoral, Dra. Carolina Figueroa, de la Escuela de Ciencias del Mar, quien fue fundamental en la formulación de la propuesta.
En tanto, el grupo sueco lo lidera el académico e investigador, Dr. Anti Vasemägi de la Swedish University of Agricultural Sciences (SLU), quien destaca a nivel internacional por su investigación en biología evolutiva, genómica y genética de peces, siendo actualmente editor asociado de las revistas Evolutionary Ecology y Conservation Genetics.
Adicionalmente, el grupo sueco es integrado por el Dr. Mikhail Ozerov, investigador postdoctoral en la Swedish University of Agricultural Sciences.
Propuesta
La propuesta -que será financiada por CONICYT y STINT-, se desarrollará entre este 2019 y el 2022 y como principales actividades contempla investigación colaborativa en el ámbito de la genética, genómica e inmunología de peces, así como en la vinculación con la sociedad mediante la organización de seminarios con la industria y cursos de postgrado. Incluye también un sólido programa de estadías de investigadores y tesistas de postgrado suecos en Chile y chilenos en Suecia.
La propuesta surge a raíz del impacto de los patógenos en diferentes poblaciones de salmónidos silvestres y de cultivo y particularmente del incremento de reportes de coinfecciones naturales de patógenos, cuyas consecuencias para la salud de los peces han sido poco estudiadas.
Sobre este tema, explica el doctor Gallardo: “Hemos demostrado que existe variación genética heredable para la resistencia a la coinfección en el salmón del Atlántico. Además, demostramos recientemente que cuando el salmón de cultivo tiene múltiples infecciones, la eficacia de las vacunas puede disminuir drásticamente”. El académico precisó que el desarrollo de este proyecto, fortalecerá el uso de la primera supercomputadora de la PUCV, instalada en Valparaíso, como parte del proyecto OCÉANO de FONDEQUIP.
Por su parte el Dr. Mercado indicó: “Nuestro grupo posee la experiencia para caracterizar a nivel celular y molecular la capacidad de respuesta inmune de peces salmónidos. Recientemente lo hemos hecho a nivel poblacional en peces cultivados en mar, por lo cual poseemos datos y la posibilidad de evaluar nuevos marcadores moleculares en colaboración con el grupo sueco”. Por su parte, la alta experiencia en genómica de peces de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas (SLU) permitirá avanzar en la comprensión del impacto de la coinfección en la salud de los peces al comparar peces silvestres con peces de cultivo.
“Nuestros grupos de investigación complementan adecuadamente el conocimiento y la experiencia en enfermedades bacterianas y parasitarias relevantes para el salmón silvestre y de cultivo”, destacó Gallardo.
En tal sentido explicó que “propusimos un enfoque multidisciplinario que integra la mejora genética, la genómica y la inmunología para mejorar nuestra compresión de la interacción huésped-patógeno en los salmónidos”. Por lo anterior: “nuestra propuesta promueve la investigación sobre la patogénesis y las plagas de patógenos en animales, con un impacto en la preservación de la pesca en Suecia y en la sostenibilidad de la acuicultura en Chile”, puntualizó.
La Universidad de Concepción inició este jueves su primer curso sobre el uso medicinal de la cannabis sativa y sus derivados en personas.
La iniciativa, lleva por nombre “Fitocannabinoides en medicina y sistema endocannabinoide:Mecanismos de acción, uso clínico y riesgos asociados”, la cual cuenta con 50 participantes y que se lleva a cabo en la sede Santiago de la casa de estudios, ubicada en calle Marchant Pereira Nº10, Providencia.
Fernando Sepúlveda, profesor asistente del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Concepción y coordinador académico de la actividad, explicó que -en su mayoría- son médicos y otros profesionales del área de la salud quienes son parte del curso.
“Es un curso de capacitación que busca entregar competencias a los profesionales de la salud en materias que tienen que ver con la utilización de cannabis y sus derivados, tanto con una mirada terapéutica, como también con la mirada de los riesgos”, señaló Sepúlveda, acotando que se decidieron por Santiago para poder abarcar una mayor cantidad de interesados.
A su vez, indicó que el curso busca hacer entrega de información que sea útil para los prestadores de salud, específicamente a quienes trabajan con personas y que son los que se “enfrentan” día a día a los pacientes.
En lo que se refiere al uso de la cannabis de forma medicinal, Sepúlveda expresó que “la sociedad se adelantó al ambiente médico, a la academia y a la universidad”, agregando que lo que les espera ahora como casa de estudios es “responder y tratar de orientar, de ayudar. Hacer lo que hacen las universidades, que en el fondo es generar conocimiento y vincularse con la sociedad”.
Consultado sobre la efectividad de dicha planta para tratar padecimientos médicos, Sepúlveda expuso que “existen enfermedades que son susceptibles de ser curadas con cannabinoides, sin embargo, son enfermedades que hoy están definidas como raras”, afirmando además que existen otras condiciones comunes, pero que no se ha comprobado que puedan ser curadas por la cannabis.
Asimismo, expresó que existen varias situaciones que son potencialmente riesgosas, señalando que “cualquier disfunción orgánica aguda, como un corazón latiendo mal o un hígado funcionando mal, son todas condiciones en las que yo no recomiendo que se usen cannabinoides”, aconsejando que las sintomatologías se normalicen primero para luego proceder al tratamiento señalado.
En esa misma línea, el profesor apeló a no aplicar derivados de la cannabis en lo referido a “enfermedades mentales complicadas, como la esquizofrenia, los trastornos esquizoides, la depresión profunda y trastornos bipolares”.
“Lo que nosotros buscamos es contextualizar la parte buena, pero también contextualizar la parte riesgosa”, cerró Fernando Sepúlveda.
En definitiva, la metodología consistirá en clases lectivas de una hora de duración, a cargo de profesionales expertos de los diversos temas a tratar.
En relación a los horarios, la jornada de este jueves se extenderá hasta las 18:00 horas, mientras que la segunda -y final- se desarrollará mañana desde las 09:15 hasta las 19:00 horas, esto en la dirección ya señalada.
Ingerir grasa y no engordar es posible, si se inhibe una enzima del cuerpo. Conseguirlo fue un quebradero de cabeza para la ciencia, pero en Chile ya se patentó la fórmula y está ad portas de terminar su estudio en animales.
¿Cuan milagroso sería pensar que con un simple fármaco podrías evitar que engordes aún teniendo una dieta alta en grasas y, por ende, sin sufrir de hipertensión, colesterol alto y diabetes? Suena a algo que sólo ocurriría en los sueños, pero lo cierto es que en Chile un equipo de científicos está haciendo que parezca posible lo que debería ser considerado como “el medicamento del siglo”.
En el mundo se estima que el 13% de la población es obesa, mientras que el 30% sufre del síndrome metabólico. Por ende, las muertes en todo el planeta ligadas a problemas de peso, considerada la gran pandemia del siglo XXI, se cuentan por millones.
La prometedora iniciativa científica lleva unos doce años urdiéndose en Chile, a cargo de los doctores Carlos Fardella y Pablo González, del Consorcio Tecnológico en Biomedicina Clínico Molecular (BMRC) de la Universidad Católica.
Ingerir grasa y no engordar es posible, si se inhibe una enzima del cuerpo. Conseguirlo fue un quebradero de cabeza para la ciencia, pero en Chile ya se patentó la fórmula y está ad portas de terminar su estudio en animales.
La magia ocurre con la enzima “11 beta tipo 1”. Hace algunos años, la ciencia descubrió que su presencia incidía directamente con la gordura. Básicamente, ese elemento hace que la cortisona, una hormona inactiva, se convierta en cortisol. Esa sustancia es la que se aloja en la zona del abdomen, además de la sangre, e incita al cuerpo a acumular grasa.
“Si el cortisol es capaz de producir aumento de peso, de grasa, y la hipertensión, bloquear esta enzima sería ideal. Cuando se supo, partieron varios grupos científicos tratando de hacer lo mismo, pero fallaron. No porque no inhibieran la enzima, sino porque sus compuestos, además de inhibir la ‘tipo 1’, hacían lo mismo con la ‘tipo 2’. Eso producía hipertensión y la gente podía morir, y es justo el efecto no deseado”, cuenta a Publimetro el doctor Fardella.
El equipo chileno se volcó al laboratorio y al computador, y luego de recurrir a modelos computacionales de selección, lograron dar con dos compuestos capaces de inhibir a la famosa “11 beta tipo 1”, sin afectar a la otra enzima. Tras eso, lo probaron en células y bingo: podían evitar que la cortisona se convirtiera en cortisol. “Obviamente esto no es una fórmula al aire, ya la patentamos tanto en Chile como en Estados Unidos”, afirma el científico.
Lo que podría ser una proeza, ahora está finalizando sus estudios preclínicos con animales, y de aquí a fin de año ya verá sus resultados. “Lo que estamos probando es que las ratas bajen de peso y los estudios hasta ahora demuestran dos cosas: primero, que es absorbido por las ratas y se acumula en la grasa, y que el compuesto no es tóxico para ellas”, señala Fardella.
Si la investigación de la UC demuestra su efectividad, sería un remezón pocas veces visto en la medicina mundial. Ni que decir en Chile, donde el 74% de los mayores de 17 años tiene exceso de peso y casi un tercio de toda la población presenta obesidad.
“Imagina la importancia que tendría: sería el primer fármaco real en tratar la obesidad, la diabetes, la hipertensión y los trastornos metabólicos de los triglicéridos y colesteroles. Ya de pensarlo se eriza el pelo. Sería lo que todo el mundo ha buscado por años, un tremendo logro de la ciencia chilena”, afirma el investigador.
Para que el fármaco demuestre su efectividad en humanos, es esencial el resultado que saldrá en los próximos meses del experimento en ratas. Si bien nada es 100% seguro, hasta ahora no ha tenido ningún efecto secundario. “Todo apunta que, por los antecedentes de los estudios in vitro, la buena tolerancia, por la capacidad del fármaco de irse a la grasa abdominal, debería andar bien”.
A futuro, el fármaco mataría “tres pájaros de un tiro: la obesidad, la hipertensión y la diabetes”. Preliminarmente prescribir para la gente obesa, aunque otra posibilidad es usarla de manera preventiva, para aquellas personas con predisposición genética a engordar.
En el sector público no se ha registrado un alza significativa en la entrega de la pastilla.
Después de una década en Chile, y a sólo cuatro años de que se permitiera su venta sin receta médica, la píldora del día después vuelve a estar en primera línea luego que la última encuesta Cadem revelara que el 76% de los chilenos apoya su uso como método de anticoncepción de emergencia.
De acuerdo a las cifras del mercado privado, el uso de esta alternativa creció 1.091% desde septiembre de 2009, fecha en la que Escapel fue lanzado en nuestro país bajo el nombre de Escapel 1, un producto desarrollado en Europa, certificado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA por su sigla en inglés) y que en Chile es comercializado -con la aprobación del Instituto de Salud Pública (ISP).
Según los antecedentes, en 2009 el consumo del método alcanzó a 26 mil 747 dosis. Nueve años más tarde, en 2018 se vendieron 345 mil 506 dosis, es decir, su uso aumentó alrededor de 13 veces desde su lanzamiento, y luego que la ley que fija las Normas sobre Información, Orientación y Prestaciones en materia de regulación de la fertilidad, permitiera su distribución, tanto en el sistema público como el privado.
En 2015, el Instituto de Salud Pública (ISP) publicó un decreto que permitió la dispensación de la PAE en farmacias, sin receta médica. El hecho generó que la demanda por Escapel y sus genéricos se incrementaran en, aproximadamente, un 195% al año 2018.
En el servicio público de salud, donde la píldora se entrega de manera gratuita, el incremento en el uso del medicamento ha sido bajo comparado con el alza que ha tenido en el sistema privado. Si en 2010 se distribuían 49 mil 418 cajas de levonorgestrel, en 2018 sólo se entregaron 55 mil 584.
El ginecólogo experto en anticoncepción, Guillermo Galán, explicó que el bajo consumo de la píldora del día después en el sistema público se debe a factores de carácter sociocultural, pues “gran parte de la población no obtiene la píldora por falta de información” y además, “aún persisten mitos que no permiten el esperado uso que debiera tener el fármaco: asustan con que es abortivo; y yo me pregunto cómo va a serlo si está comprobado científicamente que impide la unión del espermio con el óvulo”.
La pastilla de anticoncepción de emergencia es un método que se usa para evitar un embarazo no planeado después de una relación sexual sin protección o cuando la alternativa utilizada falla, como ruptura de condón o el olvido de la pastilla habitual.
La pastilla destaca por su presentación en una dosis de 1,5 miligramos de levonorgestrel, una sustancia que inhibe o retrasa la ovulación, razón que explica su nulo efecto abortivo, por cuanto en ausencia del óvulo, no puede haber fecundación.
De acuerdo a lo detallado por Galán, para que el levonorgestrel logre su efecto, “la pastilla debe tomarse máximo 72 horas posteriores a una relación sexual desprotegida, considerando siempre que su efectividad disminuirá con el paso del tiempo”.
“Cualquier mujer puede administrar la píldora; incluso, aquellas que tienen patologías mamarias, hipertensión, diabetes, entre otras enfermedades”, argumentó.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la píldora figura como una de las más eficaces y seguras para evitar el embarazo.
Según los datos, existe un 25% de probabilidades que el fármaco, una vez administrado, cause un poco de náuseas, mareos y vómitos.
Para el próximo 23 de septiembre está prevista la inauguración del Centro de Excelencia de Biomedicina de Magallanes (Cebima), institución científica más austral del mundo, que nace de un acuerdo de cooperación entre la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Magallanes.
Dirigido por el doctor Nibaldo Inestrosa, Premio Nacional de Ciencias y director del Centro de Envejecimiento y Regeneración Care UC, la nueva entidad tiene como objetivo principal potenciar el trabajo científico y la investigación realizada en el extremo sur del país.
Las instalaciones se encuentran en el complejo en que funciona el Hospital Clínico de Magallanes, en el acceso norte de Punta Arenas.
“Queremos descentralizar la actividad científica nacional y potenciar la investigación a partir de cada región de Chile. Ese es un objetivo que debemos potenciar en beneficio de nuestra nación. Es necesario acercar la ciencia a los lugares más extremos del territorio y encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas a nivel local y nacional. Cebima cuenta con instalaciones que superan los 1.500 metros cuadrados, un bioterio y 10 laboratorios. Actualmente estamos realizando investigación relacionada con patologías crónicas y degenerativas como el Alzheimer, alteraciones musculares, hipertensión y diabetes”, señaló el doctor Inestrosa.
Plantas y algas que viven en un clima extremo como lo es la Región de Magallanes. Musgos y hongos acostumbrados a soportar condiciones de estrés importante, como bajas temperaturas, vientos fuertes y poca luz durante períodos prolongados, son algunas de las especies que están siendo analizadas para prevenir y tratar males asociados al envejecimiento.
“Algunas algas del sur de Chile han demostrado en modelos in vitro que tienen la capacidad de prevenir el proceso de estrés oxidativo, que es muy relevante en varias patologías asociadas al envejecimiento, incluyendo la enfermedad de Alzheimer. Queremos utilizar estos compuestos naturales como una terapia complementaria”, explicó Waldo Cerpa, director del Departamento de Biología Celular y Molecular de la Universidad Católica y subdirector de Cebima.
Cerpa es enfático en manifestar que “no existe otro centro de investigación en Chile y el mundo que tenga las características de Cebima, queremos transformarnos en un referente para las otras regiones del país y beneficiar con nuestro quehacer científico a la población local al realizar ciencia de nivel internacional”.
Dos especies prometedoras
La investigación del doctor Inestrosa actualmente está centrada en identificar extractos de plantas y algas, y posteriormente aplicar sus componentes activos para combatir patologías degenerativas.
Según lo indica el científico “en la Patagonia hay muchas plantas que tienen efectos antioxidantes o anti inflamatorios. Una especie interesante es la Huperzia fueguina, un tipo de helecho que contiene un inhibidor de una enzima que actúa sobre los neurotransmisores relacionados con la memoria y el aprendizaje”.
La estructura de esta planta es muy similar a la Huperzia serrata, vegetal utilizado por los asiáticos para la elaboración de diversos productos que ayudan a combatir el Alzheimer. Esta enfermedad actualmente afecta a aproximadamente 200 mil chilenos y de acuerdo al Ministerio de Salud, se estima que para el año 2020 el número de personas afectadas con este mal aumentará a casi medio millón.
Otra especie que está siendo analizada por Nibaldo Inestrosa es la luga roja, un alga que destaca por sus efectos de tipo anti diabético y que en un futuro cercano podría permitir controlar esta enfermedad que -en los últimos diez años- ha duplicado la prevalencia en Chile, alcanzando un millón 700 mil pacientes. Una cifra que nos ubica como el líder en Sudamérica, siendo superados solamente por México, según las cifras de la Federación Internacional de Diabetes.
Ciencia al fin del mundo
De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), en la Región de Magallanes viven aproximadamente más de 25.000 personas que superan los 60 años de edad, lo que corresponde a un 16,7% del total de la población de la zona austral. Un porcentaje superior al 15,6% nacional y que la convierten junto a la Región de La Araucanía, en una de las zonas con un importante índice de envejecimiento.
La longevidad de la población juega un papel importante a la hora de implementar este centro de excelencia. Así lo señala Inestrosa: “Es un hecho que la gran cantidad de adultos mayores fue un primer punto al momento de tomar la determinación de levantar Cebima. Algo hay en Magallanes que permite que la gente aquí viva mucho más que en otras regiones y yo creo que parte de la respuesta está en el material biológico que hay en esta región”.
Las características ambientales únicas en el país y que facilitan la búsqueda de nuevos compuestos, como temperaturas extremas, mucho viento y presencia de poco sol, fueron un factor fundamental. “La vegetación austral está sometida a estrés que normalmente no existe en otras regiones del país. Esto permite pensar que todos estos organismos van a protegerse de buena manera y eso podría generar compuestos químicos que, eventualmente, sirvan para tratar algunas enfermedades crónicas”.
Otro factor determinante en la creación de Cebima es la ubicación geográfica de Magallanes, cuya cercanía con el continente antártico, permite a los investigadores acceder a flora y fauna únicas, desarrolladas en condiciones climáticas adversas. aspecto que convierte a esta institución científica en una entidad única a nivel mundial.
En medio de la sequía más intensa de las últimas décadas, que solo este año ha provocado la muerte de miles de animales y la declaración de emergencia hídrica en varias regiones del país, el gran empresariado agrícola presiona para que se declare iniciativa de interés público el proyecto de carretera hídrica que pretende llevar agua desde el Biobío hasta las zonas deprimidas, para fortalecer la inversión agrícola y aumentar las exportaciones agroalimentarias. El proyecto, sin embargo, recibe el categórico rechazo de la comunidad científica, la que advierte que, en el contexto actual de sequía y cambio climático, provocaría daños irreversibles en la biodiversidad e hipotecaría la disponibilidad del vital recurso en el futuro cercano.
En medio del año más seco en seis décadas y que ha provocado la muerte de diez mil animales, en el contexto de una sequía que ya lleva diez años, y la declaración de emergencia hídrica en cuatro regiones del país y 17 comunas de la Región Metropolitana, el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, anunció que la cartera de Agricultura recibirá US$63 millones adicionales para financiar proyectos de riego, todo en medio de las gestiones del gran empresariado del sector para que se declare como iniciativa de interés público el proyecto de la carretera hídrica.
Son tres las iniciativas de esta modalidad ingresadas a la oficina de concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP), la última de ellas, este martes, por Juan Sutil a nombre de la Corporación Reguemos Chile, quien propone llevar agua desde la Región del Biobío hacia el norte y el sur del país, en el marco del cambio climático, donde en un horizonte de 20 años el agua disponible podría reducirse en un tercio en Chile, y con especial énfasis en “salvar” a la agroindustria, que consume el 70% de dicho recurso en el país, incluido su sector exportador.
“La carretera hídrica permitirá generar 1 millón de empleos nuevos e inversiones por US$35mn en plantaciones agrícolas y logística productiva. A ello se agregará un alza en las exportaciones agroalimentarias, pasando de US$16.000mn a US$64.000mn para 2036”, explica Sutil.
Este tipo de proyectos, sin embargo, ha recibido el categórico rechazo de la comunidad científica, que advierte que medidas como esta se están adoptando contra el conocimiento científico mínimo e implicarían –dado el grave contexto actual– que el remedio sería peor que la enfermedad.
“Me parece muy difícil o imposible que un proyecto de este tipo pueda hacerse cargo de un problema global y de largo plazo, como son los cambios en abastecimiento hídrico debido al cambio climático”, advierte Juan Armesto, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad Católica.
“Una solución a estos problemas requiere un enfoque adaptativo, es decir, estrategias que son basadas en el conocimiento y flexibles frente a distintos estados futuros del problema”, añadió.
Este martes, varios gremios de la zona rechazaron la idea por su alto costo y recordaron que ya había sido desechada en los años 60, mientras entidades como Fundación Terram derechamente califican el proyecto de “falsa panacea”.
“Es probable que este tipo de iniciativa genere cambios en el uso del suelo que solo agraven, en el mediano plazo, las consecuencias dramáticas que ya se ven en materia de cambio climático, al forzar y promover el cambio de uso del suelo a los monocultivos extensivos”, alerta Enrique Aliste, director del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile.
El primer tramo de esta iniciativa privada de obra pública que transportaría agua desde la Región de Biobío hasta la Región Metropolitana tendría una longitud de 1.015 kilómetros y pretende regar 324.732 nuevas hectáreas agrícolas en 71 comunas de la zona central del país. El valor es de US$ 6 mil millones.
“Un proyecto de esa escala podría contar con la férrea –y en algunos casos justificada– oposición de grupos ambientalistas y probablemente corra la misma suerte que otros grandes proyectos hidráulicos, como HidroAysen”, señala por su parte Raúl Cordero, académico de la U. de Santiago.
Para los investigadores, la comprensión y el cuidado de los ecosistemas resultan fundamentales para enfrentar y mitigar la crisis hídrica que afecta a gran parte del país.
Por eso llaman a tomar decisiones de largo plazo, basadas en la evidencia y naturaleza, como el manejo integrado de cuencas, la conservación del bosque nativo, entre otros aspectos.
Este martes ingresó a la oficina de concesiones del MOP la iniciativa de la Corporación Reguemos Chile, que se suma a dos de capitales extranjeros.
Promete, de acuerdo a lo descrito en su página web, “solucionar el problema hídrico de muchas regiones, ciudades y comunas”, así como hacerse “cargo del cambio climático, ayudando a mitigar los efectos de este”.
Todas estas iniciativas esperan ser declaradas de interés público, para entrar en una Cartera de Proyectos que desemboque finalmente en una licitación, en un proceso que puede demorar años pero depende, en última instancia, de las prioridades del Gobierno.
Para especialistas como Aliste, este proyecto puede consolidar y agravar aún más la situación de escasez hídrica en Chile Central, puesto que el cambio en el uso del suelo y actual régimen de la propiedad de las aguas, puede agudizar las diferencias y extremos que expone el tema de la escasez: así, se haría todavía más evidente que, si bien la sequía es para todos por igual, no lo será la escasez, pues algunos sí tendrían agua, mientras otros no.
Los científicos coinciden en que, contrario a lo que plantean estos proyectos, los ríos de la zona no tienen excedentes de agua, el cual es fundamental para el equilibrio ecológico. Recuerdan además el grave impacto que han tenido proyectos de trasvase en lugares como España, con el río Tajo, y el proyecto Olmos, en Perú.
“Los grandes embalses, desvíos en cursos de agua y significativas alteraciones en caudales, como los asociados a grandes proyectos hidráulicos, como los de carreteras hídricas, tienen coimpactos negativos medioambientales que ya no pueden ser ignorados”, destaca Cordero, académico de la U. de Santiago. “Por eso, es difícil encontrar un país desarrollado en el que proyectos de esta envergadura hayan sido ejecutados en las últimas décadas”, puntualiza.
Por otra parte, Armesto comenta que, si bien se tiende a responsabilizar solo al cambio climático de la sequía, “las crisis hídricas tienen múltiples causas, por tratarse de recursos como el agua que tienen relación con el funcionamiento de ecosistemas completos”.
En el caso de la zona centro, por ejemplo, el déficit hídrico en la agricultura, en un año particular, puede atribuirse a muchos factores concurrentes, como los usos competitivos del agua (industrias, agricultura, mineras, centros urbanos), falta de infraestructura, uso ineficiente del recurso, degradación de los suelos y los ecosistemas, entre otros.
Pese a que hace un mes se reportó que la provincia de Biobío posee entre un 20 y 25 por ciento de déficit hídrico, la iniciativa público-privada contempla una inversión, según Statista, de US$20 mil millones, que incluye una infraestructura destinada a captar, almacenar y transportar el “excedente” de agua de los ríos de la región, lo que a su vez recuerda otras afirmaciones expresadas en torno a este tema, que aseguran que el agua de los ríos “se pierde” en el mar.
“Se sostiene, sin documentos que lo respalden, que el agua es abundante en la zona sur durante el invierno, mientras las proyecciones son cada vez más preocupantes por la sostenida disminución de precipitaciones, caudales y también aumento de demanda hídrica en la zona sur”, comenta Aliste.
Frente a las aseveraciones de la Corporación, Armesto las refuta categóricamente: “El agua que los ríos llevan al mar no son ‘excedentes’ sino que contienen biodiversidad y nutrientes derivados de los ecosistemas terrestres, que aportan energía a las cadenas tróficas de los sistemas acuáticos en los ríos, lagos y costas”.
Según el académico de la U. de Chile, si además se comprometen las cuencas de ríos como el Queuco, se sometería, una vez más, a “una enorme injusticia socioambiental y cultural al pueblo pehuenche, ya afectado histórica y recientemente en las pasadas décadas con la enorme y desafortunada intervención para la generación hidroeléctrica en la cuenca alta del Biobío”.
En la misma línea, el investigador del IEB, Cristián Frêne, señala que se asume que el agua del río Biobío sobra “y eso es una falacia”.
“Lo que ocurre es que los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos, y con esto me refiero también a los del borde costero, se van a ver afectados por una disminución importante del caudal. Ese caudal del río Biobío que llega al mar no se pierde, sino que es fundamental para todos los procesos ecológicos que ocurren en el borde costero”, detalla.
Además, Frêne observa que “es una inversión demasiado costosa, que tiene un costo de operación y mantención gigante”, y que la intervención en el caudal no solo podría perjudicar a la biodiversidad y actividades socioeconómicas locales, como la pesca artesanal, sino que también podría provocar la pérdida de miles de litros de este valioso recurso, en caso de que la infraestructura sucumba ante fenómenos usuales en Chile, como sismos y terremotos.
Finalmente, hay que considerar las tendencias de largo plazo en los regímenes de precipitación. La zona centro-sur de Chile también está experimentando una tendencia de largo plazo de pérdida de precipitaciones que en algunos puntos llega ser de 7% por década.
Aunque su situación en términos de estrés hídrico es mucho menos apremiante que en la zona centro del país, “es difícil que la población de esas zonas acepte cederle a otra recursos hídricos que perciben como cada vez más escasos”, acota Cordero.
Un aspecto esencial, pero muy ignorado en la práctica, es el rol crítico de la naturaleza, donde ocurre el ciclo hidrológico y se forman los servicios ecosistémicos que abastecen, precisamente, del agua de uso y consumo humano, critican los científicos.
En ese sentido, piden la conservación y restauración de los ecosistemas nativos (como bosques), a la vez que un mejor ordenamiento territorial que permita el almacenamiento natural del agua en los suelos, promoviendo el buen funcionamiento de los ecosistemas, una mejor calidad de vida de los habitantes y el desarrollo socioeconómico local.
“Es muy importante trabajar bajo el concepto de manejo integrado de cuencas, que permite ordenar los usos de la tierra y del agua en el tiempo y el espacio”, subraya Frêne.
“Permite primero identificar a los usuarios de una cuenca, a los habitantes de ella, y luego priorizar usos que propendan al bienestar local, y no solamente que se esté utilizando este recurso con criterios económicos. Por lo tanto, esto viene aparejado de un cambio de paradigma, que tiene que ver con entender al agua como un bien común y dejar de entenderlo como una mercancía o bien de mercado”, sostiene.
Finalmente, el investigador manifiesta la necesidad de modificar tanto el Código de Aguas como la Constitución, para que el Estado tenga mayor control sobre este recurso cada vez más escaso.
El proyecto merece por el momento una discusión más amplia, donde se puedan transparentar los intereses en juego, las proyecciones que supone, los riesgos que implica y, sobre todo, los reales beneficios que eventualmente traiga y que, a la fecha, solo son privados y poco hablan de las consecuencias socioambientales que involucra, coinciden desde la Casa de Bello.
“La historia ambiental reciente de Chile nos ha enseñado que muchos de los elefantes blancos de las últimas décadas no trajeron los beneficios que se suponía al conjunto de la sociedad. Sí, al parecer, han colaborado a acrecentar las desigualdades que ahora arriesgan ser, además, de carácter socioambiental”, concluye Aliste.
En el humeante y a menudo sucio mundo de la humilde mosca doméstica, existe una clara división entre los machos de la especie (la Musca domestica). Aunque no es una guerra civil, hay diferencias, sin duda, entre los hombres del norte y los que provienen del sur. Descubrir por qué esas diferencias aparecen en las secuencias genéticas de los norteños y sureños es clave para comprender nada menos que la determinación del sexo, pero hay una paradoja esencial: la diferencia genética es trivial.
«Estamos viendo una diferencia física y eso nos dice que veremos una diferencia genética que da lugar a la diferencia física, pero encontramos muy pocas diferencias genómicas», informa Richard Meisel, profesor asistente de biología y bioquímica de la UH, en la portada de septiembre Artículo de la revista Genética . La alteración física sugiere que la temperatura es una diferencia significativa entre los dos tipos de machos.
«Queremos saber cómo estas cosas que son tan físicamente diferentes de una manera evolutivamente significativa pueden tener una genética tan similar», dijo Meisel.
El corazón del trabajo de Meisel es la determinación del sexo. Los científicos lo entienden relativamente bien en humanos: un gen en el cromosoma Y inicia el proceso de desarrollo masculino, y el proceso es el mismo en casi todos los mamíferos. Pero fuera de la clase de los mamíferos, la determinación del sexo opera de manera diferente. La mosca doméstica tiene una variación sustancial en la forma en que se toma la decisión hombre / mujer. Hay dos formas comunes en que se puede iniciar el desarrollo masculino, y difieren en sus distribuciones geográficas. Una variante determinante masculina predomina en las latitudes del norte, y la otra es más común en el sur.
Y es por qué
Aunque diminuto, la diferencia entre los dos tipos de moscas es la posición del cromosoma Y en la secuencia de los genes.
«Si Y es la razón, entonces tiene que haber algo genético sobre ese cromosoma que permita que sea esa razón», dijo Meisel. «Es difícil para nosotros entender cómo esa cantidad trivial de diferencia en la secuencia del genoma causa esta variación», dijo Meisel, y agregó que la evidencia indica que la selección natural mantiene la determinación del sexo en la casa.
Junto con el estudiante de posgrado Jae Hak Son, Meisel examinó los cromosomas Y realizando experimentos de secuenciación de ARNm para medir la expresión génica en las casas masculinas que portaban diferentes cromosomas Y. La exploración le permite identificar las diferencias de fenotipo candidato entre los machos sobre las cuales la selección natural puede actuar para mantener la variación en la determinación del sexo.
«Nuestros resultados sugieren que, si la selección natural mantiene la determinación del sexo poligénico en casa a través de las diferencias de expresión génica, los fenotipos bajo selección probablemente dependan de un pequeño número de objetivos genéticos», dijo.