
Inicialmente las bacterias genéticamente modificadas se han utilizado para terapia génica, pero debido al creciente interés en el estudio del microbioma y cómo este afecta la salud, se han comenzado a probar para tratamiento de diversas enfermedades, utilizando microrganismos genéticamente modificado, los cuales comúnmente se encuentra en nuestro cuerpo. Matther Chang, biólogo de la National University of Singapore, junto a su equipo han modificado las bacterias Escherichia coli y Lactobacillus, quienes se encuentran en el intestino, para reconocer y eliminar a microrganismos patógenos. Esta técnica también ha sido probada para tratar la fenilcetonuria, diabetes y tratar efectos secundarios del tratamiento de quimioterapia.
Pero la preocupación que se genera frente a esta potencial herramienta radica en la capacidad que tienen los microrganismos de transferir material genético entre ellos, significando un potencial riesgo con consecuencias totalmente desconocidas. Aunque de momento, investigadores se encuentran desarrollando métodos para evitar estos riesgos.
El Dr. Luis Alberto Gonzáles, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza (CFCN), publicó recientemente el libro “Palma Chilena: Una Especie Emblemática que Chile Necesita Recuperar”, donde se da a conocer el estado actual de las poblaciones de Jubaea Chilensis, como también las causas del deterioro de estas.
“La desaparición del bosque esclerófilo mediterráneo y la cosecha masiva de sus semillas para el consumo son una de las principales causas del retroceso de estas poblaciones”
Además, el Dr. Gonzáles advierte que es prioritario restablecer la cobertura vegetal esclerófila para iniciar una verdadera restauración de las cuencas de la costa central.
Por otra parte, el Dr. Gonzales lidera una investigación desarrollada en conjunto con CFCN y minera Los Pelambres, donde evaluó cómo la Palma Chilena mejora el manejo de ecosistemas en zonas semiáridas, como la Región de Coquimbo. Gonzáles menciona que la palma genera un impacto positivo en la conservación de ecosistemas, reforestación, recuperación de napas subterráneas, manejo de recursos hídricos y protección del bosque esclerófilo, entre otros.
“Si forestamos el bosque esclerófilo con palma chilena, se mejoran las condiciones hídricas y los caudales de invierno van a bajar para aumentar los de verano, entonces la cuenca empieza a funcionar de mejor manera”, señaló el Dr. Gonzáles.
Fuentes:
Investigadores han estudiado los beneficios para la salud de consumir chocolate amargo con altas concentraciones de cacao (70% cacao, 30% azúcar). El cacao contiene altas concentraciones de flavonoides, conocidos como potentes agentes antioxidantes y anti-inflamatorios con beneficios para la salud cardiovascular y mental.
Recientemente, en la reunión anual de Biología Experimental 2018 se presentaron dos trabajos realizados en el laboratorio del Dr. Lee Berk, investigador de psiconeuroinmunología en la Universidad de Loma Linda (California). Los resultados presentados muestran que el consumo de chocolate con alto contenido de cacao tiene efectos positivos sobre los niveles de estrés, inflamación, ánimo, memoria, inmunidad y procesos cognitivos, regulando múltiples rutas de señalización asociadas a la activación de células T, respuesta celular inmune y expresión de genes asociados a la señalización neural y percepción sensorial. Por otra parte, mediante análisis de electroencefalogramas se evaluó el efecto del consumo de 48g de chocolate amargo sobre las frecuencias cerebrales (0-50 Hz), específicamente las frecuencias benéficas gamma (25-40 Hz), encontrando que este tipo de chocolate intensifica la neuroplasticidad, beneficiando la salud mental.
Los pandoravirus son virus de tamaño y forma comparable al tamaño de una bacteria y con un genoma de alrededor 2.5Mb, mucho más complejo que el de algunos organismos eucarióticos e infectan a protistas Acanthamoeba. En el 2013 se descubrieron dos tipos de pandoravirus, y recientemente los mismos investigadores aislaron tres nuevos miembros de la propuesta familia Pandoviridae. A partir del uso de la transcriptómica, proteómica y análisis bioinformáticos, se comparó el genoma de los distintos miembros de Pandoraviridae. Los investigadores encontraron que el gran tamaño del genoma no logra ser explicado tan sólo por duplicación o por transferencia horizontal de genes. El 70% de los genes codificantes para proteínas no presentan homólogo fuera de la familia, y cada uno de los miembros aporta genes que no se habían registrados previamente en otros genomas, a una tasa que sugiere que el pan-genoma de Pandoraviridae es abierto. Por otra parte, se encontró una alta proporción de genes que no tienen equivalente en otros organismos vivos. Más aún, estos genes difieren entre cada uno de los miembros, lo que genera el cuestionamiento sobre el posible origen de estos virus. Al parecer, la explicación más parsimoniosa para el tamaño y complejidad del genoma de estos pandoravirus sería que los genes en estos virus se generan de manera espontánea.
Dr. José Pulgar, académico del Departamento de Ecología y Biodiversidad de la Universidad Andrés Bello e investigador asociado de la Sociedad de Biología de Chile se refiere a la situación de la Conservación de las áreas marinas en Chile, en contexto del día mundial de los océanos, celebrado el pasado 8 de junio.
“Chile ha sido pionero en el desarrollo de herramientas de protección de la biodiversidad y protección de los mares”
Actualmente, Chile cuenta con 33 Áreas Marinas Protegidas, cerca de un millón de kilómetros cadrados de mar, los cuales se deben en gran parte a los esfuerzos realizados durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet por generar sectores marinos protegidos. Esto deja a nuestro país en la quinta posición en lo que respecta al resguardo de áreas marinas, de acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación (UICN).
Pero el Dr. Pulgar advierte que “una cosa es el decreto de las áreas protegidas, y otra es la implementación de esa protección”. Acentuando la necesidad de generar herramientas adecuadas para gestionar la protección, junto con implementar sistemas de educación para los pescadores y responsables de las zonas protegidas.
La investigadora Sandra Pascoe, de la Universidad del Valle de Atemajac (Guadalajara, México), utilizó los monosacaridos y polisacáricos contenidos en el jugo de Opuntia ficus indica, comúnmente comercializada por su fruto, la tuna. A partir de estos azúcares, más la pectina y los ácidos grasos propios de la planta, junto con ceras naturales, proteínas y colorantes se genera un material sólido en forma de láminas de plástico. Este material es muyfácil de degradar, hasta el momento han realizado la prueba con agua y se disuelve completamente.
La Dra. Zully Pedrozo, investigadora asociada al Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas (ACCDIS) y profesor asistente del programa de Fisiología y Biofísica del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM) describe por primera vez el rol de una proteína, policistina-1, en la capacidad contráctil del corazón.
La Dra. Pedrozo realizó múltiples experimentos, in vitro con cultivos cardiomiocitos que no expresaban la policistina-1, como también en ratones carentes de ella. En ambos pudieron observar que esta proteína es un mecanosensor que asegura el estiramiento adecuado de los cardiomiocitos, y al estar ausente el corazón se contrae inadecuadamente, desarrollando problemas cardiacos.
Este avance permitirá estudiar de mejor manera el origen de enfermedades como la hipertrofia o la insuficiencia cardiaca, como también generar nuevos tratamientos.
El pasado 31 de mayo la Cámara de Diputados aprobó con 130 votos a favor, la creación del Ministerio de Ciencias, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Ante esto, el presidente Sebastián Piñera durante su primera cuenta pública calificó la aprobación como “un nuevo y poderoso impulso al desarrollo del país”, al enumerar los principales hitos de casi tres meses de gobierno.
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1.- http://www.sciencemag.org/news/2018/06/chile-keen-become-knowledge-society-creates-ministry-science
Investigadores de la Universidad McGill (Montreal, Canada) publicaron recientemente un scientific report sobre sus hallazgos en el aumento de la longevidad y retraso de los signos de envejecimiento al usar probióticos, prebióticos y sinbióticos.
Este estudio se basa en los beneficios para la salud que nos proveen la microbiota gastrointestinal, mediante un sistema de comunicación con el cerebro, donde se encuentran señalizaciones metabólicas, inmunológicas, endocrinas y neuronales. El uso de estos suplementos potenciaría y extendería estos beneficios.
Los experimentos se realizaron en moscas de la fruta, quienes fueron alimentadas con formulaciones de probióticos y sinbióticos. Como resultado se obtuvo que la longevidad de estas moscas se había extendido entre 24-26 días, junto con una disminución de la inflamación, estrés oxidativo y la resistencia a la insulina.
Este estudio no sólo resalta la importancia de la microbiota gastrointestinal en los procesos biológicos, sino que también demuestra los efectos del uso de sinbióticos en marcadores atribuidos al envejecimiento.
Investigadores de la Rhodes University (Grahamstown, África del Sur) y Uppsala University (Sweden) publicaron esta semana dos fósiles de tetrápodos del Devoniano hallados en cercanías de la localidad Waterloo Farm (Eastern Cape, África del Sur). Los dos registros, Tutusius umlambogen. et sp. nov. y Umzantsia amazana gen. et sp. nov. correponden a muestras incompletas e indican que los tetrápodos vivieron dentro del círculo Antártico.
Los fósiles de tratrápodos del Devoniano han sido encontrados previamente en localidades muy dispersas, pero todas ellas corresponderian a la región del paleotrópico, comprendida entre los 30º N y 30º S del ecuador. De acuerdo a las reconstrucciones, los fósiles hallados en Waterloo Farm provienen de lo que fue el extremo sur de Gondwana, al sur de los 70º S, indicando que el orgien y evolución de estos animales no estaba restringido a las zonas tropicales, como se pensaba hasta el momento.