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Los resultados obtenidos en el Simce pasado dieron cuenta de las falencias que presenta nuestro actual modelo educativo en cuanto a la formación de nuestros niños en el área científica (física, química y biología).
En el grupo de 8vo. Básico las evaluaciones bajaron 14 puntos desde el 2013. Y esta tendencia se observa tanto en niñas como niños.
Esto plantea la urgente necesidad de generar políticas públicas con el objetivo tener una formación que le entregue herramientas a nuestros niños para poder comprender e insertarse debidamente en el mundo de las ciencias.
Una investigación liderada por el Dr. Cristian Vargas, director del Núcleo Milenio MUSELS e investigador del Instituto Milenio de Oceanografía, lideró una investigación cuyos resultados muestran que, en algunas áreas de la Región de Magallanes, las superficies de las aguas se encuentran más ácidas, producto de la incorporación de aguas dulces debido al derretimiento de glaciares por el calentamiento global.
En el contexto del MMM 2018 (Mes de Medición Mayo 2018), la seremi de Salud entregó algunos consejos para prevenir la Hipertensión Arterial, enfermedad que afecta a un 27,6% de la población y una de cada 7 muertes en el país es directamente atribuible a esta enfermedad, de acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud.
Entre las indicaciones se encuentra consumir una menor cantidad de sal, máximo 5 gr al día y hacer ejercicios 4 veces a la semana.
El Dr. Alexi Kalergis, director del Instituto Milenio de Inmunología e Inmunoterapia y Académico de la Pontificia Universidad Católica de Chile se incorporó al Consejo del Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (ICGEB) de la Organización de las Naciones Unidas. Este consejo está conformado por 12 miembros y esta es la segunda oportunidad en que un científico chileno es miembro del Consejo. El Dr. Kalergis señaló que este nombramiento es un reconocimiento a la calidad de la ciencia que se hace en nuestro país.
Con el avance de la genómica y la secuenciación completa del genoma humano, se abren nuevas puertas para mejorar el tratamiento de enfermedades e incluso realizar tratamientos personalizados, mencionó la Dr. Florencia Tevy, investigadora y profesora asistente del Centro de Genómica y Bioinformática de la Universidad Mayor e investigadora asociada de la Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular. Pero recalca que no existen regulaciones ni normas que protejan el uso de esta información genética y hasta el momento este tema no se está discutiendo, recalcó la Dr. Tevy.
El estudio liderado por el Dr. David Glanzman, investigador del Brain Research Institue de la UCLA, consistió en extraer ARN de caracoles marinos (Aplysia califórnica), los cuales previamente fueron estimulados con descargas eléctricas que generaban respuestas observables, y los inyectaron en caracoles que no habían recibido el estímulo. Glanzman encontró que los caracoles inyectados con el ARN presentaban la misma respuesta que aquellos caracoles estimulados con descargas eléctricas, pero que tan sólo eran estimulados con un toque suave. Por el contrario, los controles que fueron inyectados con ARN de caracoles que no recibieron descargas eléctricas no mostraron respuestas frente al estímulo de tacto. Esto indicaría que se logró transferir memoria entre los caracoles.
Lograr entender cuál es el motivo de las enfermedades para generar efectivos fármacos que las ataquen, es una de las principales misiones de la ciencia a nivel mundial. Bajo este escenario, Chile no se queda atrás y muchos de los investigadores de nuestro país pasan sus días tratando de descubrir las causas de diversas patologías que desatan negativas consecuencias en la salud de la población.
El Dr. Juan Carlos Sáez, subdirector del Instituto Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso (CINV) y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se ha interesado durante años en caracterizar la respuesta inflamatoria, un proceso general que no se refiere a una sola patología.
“Todas las enfermedades tienen respuesta inflamatoria, esta puede ser la causa o aparecer como la consecuencia de la misma. Si bien hoy en día todos los antiinflamatorios que se usan bloquean algunas de las muchas vías intracelulares que se activan durante esta respuesta, no bloquean un porcentaje que les permitan ser suficientemente efectivos en un tratamiento crónico. Con el uso de antiinflamatorios, quedan vías que no fueron bloqueadas, las que a largo plazo provocan un cambio en el fenotipo de las células, alterándolas y como consecuencia, no cumpliendo sus funciones normales. Esto en definitiva, generará desórdenes como fallas cardíacas e insuficiencias renales”, explica el Dr. Juan Carlos Sáez.
Teniendo estos antecedentes presentes, el académico eligió dos enfermedades para analizar la respuesta inflamatoria con base en un blanco molecular que le permitiese atacarlas de manera eficiente, que son los canales que permiten la comunicación intercelular. La experiencia del Dr. Sáez en esta área, se remonta a los años ochenta en la Universidad de Concepción, donde se graduó de bioquímico en 1979. Él contribuyó en la demostración de la existencia de los llamados hemicanales, una idea que se había negado por años.
“Junto a los Dres. Ennio Vivaldi Ciccero y el Dr. Bruno Günther, me informé de muchos aspectos conceptuales que me permitieron adquirir valiosos conocimientos en torno a la respuesta inflamatoria. Posteriormente, durante mi entrenamiento Doctoral y desarrollo profesional como investigador independiente, contribuí en la identificación de los canales que subyacen las comunicaciones intercelulares. En este camino, descubrimos que la mitad de estos canales, los denominados “hemicanales”, son estructuras que están en la membrana de la célula y que en condiciones normales se abren con baja frecuencia, pero bajo condiciones patológicas, se abren frecuentemente. Varios de ellos son permeables no solo a moléculas como el ATP sino que además permiten el paso del ion calcio al interior de las células. Entonces ya era reconocido que aumentos en la concentración del este ion son fundamentales para que se manifieste la respuesta inflamatoria. Por lo tanto, la permeabilidad de los hemicanales a dicho ion nos indicó que estos podrían ser esenciales en el entendimiento de la respuesta inflamatoria”, explica el Dr. Sáez.
Dado que la respuesta inflamatoria es tan compleja, no solo basta con asociarla al sistema inmune, ya que hay algunas respuestas que no están vinculadas con este. “Nosotros descubrimos que un músculo denervado, se pierde el potencial de membrana debido a que expresan hemicanales. Esto favorece el ingreso de iones de calcio a las células produciendo la degeneración y atrofia de las células musculares. En todo ese proceso, las células musculares se inflaman, sintetizan y secretan citoquinas proinflamatorias que, a la vez, activan factores de transcripción asociados a la respuesta inflamatoria. Bajo este escenario, descubrimos que si se bloquean los hemicanales, el músculo no se inflama, y se recupera el potencial de membrana, quedando en un estado muy cercano al normal. Cabe destacar, que a ese músculo denervado, jamás llegó una célula del sistema inmune, sin embargo está inflamado por la activación del inflamosoma local, el cual existe en todas las células, incluyendo las del sistema inmune y del parénquima de cada tejido-órgano del cuerpo, entre ellas, fibras musculares, glías y neuronas”, acota.
Los hemicanales y la boldina
El Dr. Juan Carlos Sáez aclara que el canal es una estructura que comunica dos células y está formado por dos hemicanales. El hemicanal en tanto, está en la superficie de la membrana y comunica el exterior con el interior de una célula. “El hemicanal puede iniciar una interacción celular liberando señales como: adenosina trifosfato (ATP), glutamato o prostaglandina. Son varias moléculas pequeñas que pueden actuar en la misma célula o células vecinas. Por otro lado, si ingresa el ion calcio, se activa el inflamasoma”, agrega el bioquímico.
Durante la última década el Dr. Saez también fue el precursor de un proyecto FONDEF que abordó la acción de la boldina (compuesto del boldo) sobre estos canales. Él observó que, en pequeñas concentraciones, el compuesto bloquea los hemicanales y no los canales intercelulares, lo que contribuye mucho a dilucidar cuál de estos dos tipos de canales es el responsable de la degeneración celular producida por la inflamación.
“Descubrimos que la boldina no bloquea los canales intercelulares, lo cual fue fantástico, y por tanto, si había inflamación podíamos prometer que encontraríamos un antiinflamatorio más potente y menos tóxico (la boldina en alta concentración es tóxica)”, explica el investigador del CINV.
Con inhibidores como la boldina y otros existentes, que bloquean tanto los canales intercelulares como los hemicanales, el Dr. Sáez cuenta con una verdadera librería de moléculas que sirven como farmacóforos, es decir un grupo de moléculas que comparten características estructurales que les permiten ser reconocidas por un receptor. Considerando los avances en bioinformática y la publicación de la estructura a nivel atómico de los hemicanales por un grupo de científicos de Japón, parece cercana la posibilidad de obtener buenos bloqueadores específicos.
“Además, diseñamos un método que nos permite ver la efectividad de estas moléculas. En una mañana puedes tener 100 moléculas y durante esa misma jornada observar cuáles son los bloqueadores del hemicanal. Es un sistema de alta eficiencia para ver el efecto de las drogas en diferentes blancos moleculares, el cual nos permitió descubrir 8 de estas. Una de ellas, fue la que presentamos en una solicitud de patente junto al Dr. Carlos Lagos y la hemos estado usando en modelos animales de enfermedades humanas que no tienen tratamiento”, expone.
El blanco
Para desarrollar una terapia efectiva que sea aplicable y extrapolable a la clínica, el académico eligió enfermedades que aún no contaran con tratamiento, y si ya lo tenían, que este no cumpliera totalmente con las expectativas deseadas. Fue así como llegó a las distrofias musculares y a la epilepsia, entre otras.
“En la epilepsia, hay alrededor de un 30% de pacientes que no responden a ningún tipo de tratamiento, y si bien tiene la opción de la cirugía, esta no parece ser una solución muy inspiradora, ya que no está cubierta por el sistema de salud y además, no hay suficientes especialistas para cubrir tal área”, enfatiza.
En palabras del investigador, la epilepsia tiene un tremendo componente inflamatorio, el cual no ha sido considerado por la comunidad. “Por muchos años y basado principalmente en estudios en modelos experimentales de epilepsia aguda o crónica, se ha creído que revertiríamos totalmente el proceso, mas eso no es así. El problema primario no es neuronal, el problema en la epilepsia está vinculado con las glías inflamadas, las que a través de hemicanales, liberan mucho glutamato y ATP, los que finalmente hiperactivan a las neuronas”.
En resumen, para el investigador es importante dejar claro que el problema básico en algunas enfermedades crónicas, como la distrofia o la epilepsia, es la inflamación. El Dr. Sáez y su equipo han descubierto un nuevo blanco molecular y drogas que lo bloquean. En relación a este último aspecto, el profesional agrega que su deseo en los próximos años es lograr aplicaciones clínicas con un amplio grupo de drogas para varias de estas enfermedades.
Fuente: 4ID/CONGRESS, Todos los derechos reservados. ®
Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®
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Conocer el genoma de los chilenos es una tarea muy importante que ha llamado la atención de decenas de científicos a lo largo de los años. Mediante técnicas de secuenciación, los investigadores han descifrado el genoma de variadas especies, incluyendo la de los humanos en pequeña escala. Sin embargo, y en comparación con el panorama internacional, Chile aún carece de un estudio de una dimensión significativa que entregue este tipo de información. En ese sentido, y tomando esta necesidad, nace “1000 Genomas”, proyecto que pretende secuenciar el genoma de 1000 chilenos y 1000 especies no humanas propias de nuestro país.
Este proyecto, que surgió por iniciativa del Centro de Regulación del Genoma (CRG), perteneciente al programa Fondap de Conicyt, busca entre otras cosas, abrir oportunidades de investigación en ciencias genómicas en colaboración con científicos nacionales. En el CRG en particular, han dirigido sus líneas de investigación a la compresión del genoma de especies que son resilientes a los ambientes extremos. Por otro lado, en palabras del director del CRG, Dr. Miguel Allende, académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, existen otras aristas que se están investigando, las cuales buscan generar impacto en el sector productivo. “Como centro tenemos experiencia con el trabajo en organismos de tipo productivo, tales como especies frutales, salmones y bacterias biomineras”.
Bajo el alero del proyecto “1000 Genomas”, el académico celebra recientemente la asociación con diferentes centros de excelencia que apoyaran el trabajo de secuenciación masiva. “Estamos muy contentos porque cuatro centros se sumaron a la iniciativa, y si bien estas instituciones nacieron con el fin de generar conocimientos relativos a sus áreas específicas, entre las que destacan: metabolismo, envejecimiento, enfermedades crónicas, biología de sistemas y modelamiento matemático, todos concordamos que, en aspectos de genómica, sería beneficioso realizar un trabajo colaborativo que reúna a los científicos del área, y ojalá también a la sociedad civil”, acota el académico.
Mil Genomas y cinco grandes alianzas
El centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO), el Centro de Estudios Avanzados de Enfermedades Crónicas (ACCDiS), el Centro de Modelamiento Matemático (CMM), el Instituto Milenio de Biología Integrativa de Sistemas y Sintética (IMBISS) y el Centro de Regulación del Genoma, han aunado esfuerzos para comenzar a trabajar en este ambicioso proyecto, en el cual, las interacciones interdisciplinarias como transdisciplinarias que se produzcan en el trabajo diario de los investigadores, permitirán forjar una cadena que logrará retroalimentar cada una de las áreas.
“Hay dos centros (GERO y ACCDis) preocupados de temas de salud, lo que hace muy relevante lo que podamos hacer con el genoma de referencia de los chilenos. Junto con el IMBISS, el CRG está explorando genomas de animales, plantas y microorganismos, lo que dará relevancia al conocimiento de nuestros recursos naturales, al patrimonio genético de Chile y al aprovechamiento de especies productivas de manera racional. Finalmente, y en términos de aglutinación de datos, se necesitaba una infraestructura para poder almacenarlos, entenderlos, presentarlos y compartirlos, y ahí entra el rol del CMM, lugar donde también se encuentra alojado el Centro Nacional de Supercómputo, lo que nos es tremendamente útil. Esto es un ejemplo de cómo cada actor tiene un papel muy importante en este proyecto, cada uno desde su vereda, pero todos bienvenidos”, agrega.
El trabajo desarrollado en el contexto de “1000 Genomas” da cuenta de cómo la ciencia que se está generando obedece a una naturaleza colaborativa que tiene como principal misión generar estudios del más alto nivel en beneficio de Chile. Estudios que por cierto, no tienen solo una aplicación, sino que pueden ser trasversales en el uso de sus resultados.
“Este proyecto, si bien persigue un fin científico que se vincula con el descubrimiento, también ofrece muchas oportunidades de estudio, entre ellas, algunas extraídas desde las ciencias sociales, tales como migraciones, antropología y unicidad de población, también posee un fuerte impacto al largo plazo en aspectos de salud pública, donde entran los datos que aporten al conocimiento de enfermedades genéticas. Finalmente, hay un futuro impacto en materias productivas, mediado por el conocimiento que se extraiga en torno a los cultivos de especies comerciales en Chile”, explica el Dr. Miguel Allende.
Los nuevos desafíos y alianzas
Los desafíos que se plantean en el proyecto Mil Genomas tienen una estrecha conexión con el trabajo que ha venido desarrollando el Centro de Regulación del Genoma desde hace 8 años, cuando el objetivo era no solo desarrollar la disciplina en Chile, sino que aprovechar las virtudes del verdadero laboratorio natural que es nuestro país para conceptos de secuenciación.
“Estamos tratando de incorporar a todas las iniciativas que estén en lo mismo en Chile. Tenemos por un lado, la participación de estos centros de excelencia, y por el otro, un financiamiento piloto para comenzar con el proyecto. Estamos haciendo esfuerzos colectivos para dar inicio formal a “1000 Genomas” por medio de un concurso escolar donde el objetivo es poder mostrar que la genómica es una ciencia que debiese ser conocida por la ciudadanía, ya que se ha masificado y se ha hecho simple gracias a la simplificación de la tecnología. La genómica será algo cotidiano dentro de los próximos 20 años, puesto que en todo el mundo se está haciendo asequible. Este concurso, donde secuenciaremos en la sala de clases, es una ilustración de lo que vendrá en el futuro próximo”, señala el académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
En este anhelo de posicionar la genómica como crucial para el desarrollo pleno del país, la iniciativa 1000 Genomas pretende obtener financiamiento que no solo provenga de entidades públicas, sino también privadas, las cuales puedan estar interesadas en los datos que este estudio puede levantar en áreas como salud pública, agricultura, acuicultura y minería. El Dr. Allende estima que con un financiamiento adecuado, es posible alcanzar la meta de 1000 + 1000 genomas en alrededor de 4 años.
“Hasta el momento llevamos alrededor de cien especies secuenciadas, entre plantas, bacterias y algunos animales. En cuanto a la secuenciación de humanos llevamos cerca de 30. Este número se debe a que en humanos demora más, primero porque el genoma es más grande, y segundo, debido a que queremos desarrollar un genoma de referencia con un alto estándar de calidad. En el fondo, esperamos alcanzar la meta de los 1000 y tener información relevante y útil para la comunidad interesada en genómica, genética, biología y salud pública”, enfatiza el Dr. Miguel Allende.
El rol social
El proyecto “1000 Genomas” pretende incorporar la opinión de diferentes actores en su realización. Es por ello que en el área de secuenciación de especies no humanas, la invitación es a que toda la comunidad científica se pueda involucrar en seleccionar qué especies podrían ser sometidas a estudio.
“Por otro lado, nos interesa que haya un involucramiento de la ciudadanía, y en ese sentido, queremos que sea la propia sociedad civil la que pueda también proponer especies cuyos genomas quieren conocer. Haremos consultas abiertas y trataremos de generar una oportunidad de ciencia ciudadana y participativa”, finaliza el Dr. Miguel Allende.
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Periodista: Patricio Grunert Alarcón. ®
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“El cuerpo carotideo es un pequeño órgano sensorial que está ubicado en la bifurcación de las arterias carótidas, y lo que hace es medir las presiones de oxígeno en la sangre, ya que el oxígeno es fundamental para mantener la respiración celular y el metabolismo oxidativo. A nivel del mar, el aire seco tiene una presión de oxígeno de 150 mm Hg aproximadamente, pero a nivel de los alveolos pulmonares la presión disminuye a 100 mm Hg, debido a la presencia de CO2 y vapor de agua, por otro lado, a nivel de los tejidos y células, la presión de oxígeno es mucho menor. Por lo tanto, el organismo tiene un sistema capaz de medir los niveles de oxígeno, y ese rol lo cumple el cuerpo carotideo”. Dr. Rodrigo Iturriaga, académico del Departamento de Fisiología de la Pontifica Universidad Católica de Chile.
Durante varias décadas los científicos interesados en comprender como funciona este órgano, elaboraron diferentes tipos de experimentos que les permitieron entender los procesos básicos de la quimiorrecepción al oxígeno, CO2 y pH. Descifraron también la relevancia y función de este pequeño órgano en la regulación de las presiones de oxígeno que tenemos en nuestra sangre arterial, y luego de la aclimatación a las altas alturas. Hasta hace poco se pensaba que era muy poco probable descubrir algo nuevo respecto a este órgano, sin embargo, como frecuentemente ocurre en la ciencia, comenzaron a aparecer sorpresas.
El Dr. Iturriaga comenta que es importante contextualizar la función de este pequeño órgano bajo una perspectiva evolutiva, ya que no siempre en nuestro planeta existieron los mismos niveles de oxígeno, al menos no como los conocemos en la actualidad (21%). Las células se originaron durante épocas en que la tierra tenía una bajísima presión de O2, y por tal motivo, es interesante analizar cómo este sistema sensorial opera en la actualidad, millones de años después.
“Las células se formaron cuando los niveles de oxígeno eran muy bajos, situación que cambió en el momento que evolucionaron las algas en los mares y se comenzó a producir la fotosíntesis, lo que permitió un ascenso en las presiones de O2. Los niveles de oxígeno a nivel de los tejidos y células deben mantenerse dentro de ciertos rangos: los niveles bajos del oxígeno (hipoxia) son perjudiciales para la salud, así como también lo es el otro extremo, las altas concentraciones del mismo, ya que estas pueden desencadenar estrés oxidativo, que pone al organismo frente a la acción de radicales libres. Es la dualidad del oxígeno, la que hace que su regulación sea compleja, y por tal razón, el comprender como un órgano tan pequeño puede tener una implicancia tan grande en la regulación del oxígeno, se vuelve algo muy relevante”, agrega el Dr. Iturriaga.
Es esta relevancia del cuerpo carotideo, la que motivó al Dr. Iturriaga a investigar su función en la compleja fisiología de los seres vivos, y si bien se creía que estaba prácticamente todo estudiado (moléculas sensibles al oxígeno, neurotransmisores y moduladores del proceso quimiosensorial), los nuevos descubrimientos en los años 2000 comenzaron a nacer y a despertar gran interés de la comunidad. De hecho, muchos de los resultados actuales están relacionando el conocimiento básico con la medicina clínica, lugar donde este órgano parece tener un rol protagónico. Al menos más del que se creía.
“Los mecanismos de quimiorrecepción se conocían en general, y se pensó que no quedaba mucho más por hacer en torno a este órgano. En relación a las patologías asociadas al cuerpo carotideo, la más común son los tumores de este órgano. Aunque en general son benignos, deben extraerse. Esta razón explica el que casi un tercio de lo que se ha publicado en torno al cuerpo carotideo, esté asociado a tumores. Sin embargo, hay nuevas áreas donde parece estar implicado”, explica el investigador.
Llegó el nuevo milenio, y comenzó paulatinamente a producirse una pequeña revolución en torno al cuerpo carotideo, donde muchas de las publicaciones generadas al respecto, indicaban que este pequeño órgano contribuye a las consecuencias patológicas en enfermedades asociadas a una hiperactividad simpática, como la falla cardiaca congestiva, la apnea obstructiva del sueño, la hipertensión neurogénica resistente a fármacos, y más tímidamente, un posible vínculo con la regulación de la glicemia e insulina.
“Los nuevos conocimientos comenzaron a mostrar que este órgano –sensor de los niveles de oxígeno, CO2 y pH de nuestro organismo–, está relacionado con diferentes enfermedades asociadas al desbalance del sistema autonómico. En modelos preclínicos de estas enfermedades, varios grupos han encontrado una potenciación persistente de la actividad quimiosensorial, que produce a su vez potenciación simpática, inestabilidad ventilatoria, disminución en la respuesta de los baroreflejos, disfunción endotelial y arterioesclerosis, entre otras. Esos resultados han permitido proponer que la eliminación de los cuerpos carotideos puede ser favorable para mitigar el aumento de actividad simpática en humanos con falla cardiaca e hipertensión severa. Actualmente, hay estudios pilotos en humanos donde se he eliminado un cuerpo carotideo, y los resultados muestran que es necesario eliminar ambos para obtener efectos persistentes”, finaliza el académico.
El avance en las investigaciones relacionadas con el cuerpo carotideo es lo que ha permitido no dar por cerrado este capítulo en el libro de la ciencia mundial. La constante indagación en la materia y la generación de redes internacionales que apoyen el trabajo realizado en Chile, son algunas de las claves que el Dr. Iturriaga ha sostenido para facilitar esta tarea. Ejemplo de ello, es la actual colaboración que el académico mantiene con investigadores de la Universidad de Chiba en Japón y de la Universidad de Valladolid en España, a las cuales fue recientemente invitado para presentar resultados de su investigación ligada al cuerpo carotideo con la hipoxia intermitente, característica principal de la apnea del sueño.
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Durante los últimos días hemos sido testigos de cómo los medios de comunicación han dado una preponderancia inusual a la necesidad de vacunarse frente a un futuro y posible brote de influenza. Si bien, año a año, las campañas se hacen presentes, han sido pocas las ocasiones en las que el mensaje se ha dado con esta prioridad. Esta especial motivación para que la ciudadanía se vacune, se relaciona con lo ocurrido en el lado norte del mapa, donde las tasas de enfermos y fallecidos por el virus influenza A H3N2 han sido considerablemente mayores durante la temporada, en comparación con otros años.
Hay quienes adjudican esta epidemia a factores como el frío y las crudas condiciones climáticas que enfrentaron los países del Hemisferio Norte; sin embargo, el principal factor de la magnitud de las epidemias por este agente infeccioso, es su conocida facilidad para cambiar, por lo que las vacunas existentes, aunque generen una respuesta de anticuerpos que reconocen a los virus contenidos en ella, no identificarán a uno que sea distinto. He ahí la complejidad.
Recogiendo estos antecedentes, tanto la comunidad médica como la científica, han realizado un potente llamado a la población, para que se vacunen sin importar el rango etario, puesto que esto previene el desarrollo de potenciales cuadros graves, que en algunos casos, podrían desencadenar una neumonía e incluso, la muerte.
Para aclarar ciertos aspectos vinculados con el virus influenza y las medidas preventivas que se deben tomar ante este agente infeccioso, la Sociedad de Biología de Chile conversó con la Dra. Vivian Luchsinger Farías quien es médico, doctor en ciencias e investigadora del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICBM), Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
¿Cómo actúa el virus de la influenza? Y ¿Cuán complejo es?
Primero es importante aclarar que hay tres tipos de virus de influenza (A, B y C), y dentro de ellos, existen también varios subtipos, los cuales están determinados por las distintas proteínas presentes en su superficie, las que varían con mayor frecuencia en el caso del virus influenza tipo A. La implicancia de esto recae en que si tenemos anticuerpos contra el subtipo A H1N1 no reconocerán y por ende, no contrarrestarán la infección si estamos en presencia de un virus A H3N2. Estas diferencias no son ajenas al virus influenza, puesto que su variabilidad es una propiedad natural de ellos.
¿A qué se debe esta variedad?
Se debe fundamentalmente a su estructura biológica, tanto al tipo de ácido nucleico como a la forma en que se replica.
En este sentido, este tipo de virus siempre está variando, porque la enzima que replica al ácido ribonucleico (el genoma de este virus) lo hace de manera errónea, equivocándose al originar nuevas copias para crear “virus hijos”. Es así como cada virus descendiente puede tener diferencias con el virus “madre”. Además, los cambios se favorecen con la fragmentación que posee el genoma de estos virus, de forma tal, que cuando un animal se infecta con diferentes cepas de influenza al mismo tiempo, como puede ocurrir en el cerdo, durante la replicación de los virus se produce lo que llamamos un reordenamiento, generando nuevas partículas virales diferentes porque poseen fragmentos del genoma viral de distintos orígenes. Ambos hechos determinan la capacidad natural de cambios constantes de los virus influenza.
¿Es recomendable siempre estar alerta frente a la influenza?
Siempre hay varios subtipos de virus influenza circulando, por lo que hay que estar pendiente. No es que un año ataque solo un tipo de influenza, hay una mezcla latente.
Bajo ese escenario, cuando ocurre un cambio grande en uno de los tipos de virus que conocemos, causando la aparición de un agente muy diferente, estamos en riesgo de una pandemia, puesto que aunque tengamos anticuerpos contra esas cepas anteriores, no serán eficaces frente a las nuevas. Esto grafica lo que pasó en el año 2009 con la influenza A H1N1. En este último caso, el nuevo virus era un triple reordenante, con fragmentos del genoma provenientes de tres diversos orígenes (ave, cerdo y humano), por lo que fue un virus muy distinto a los previos, y por ello la gente no estaba inmunizada, por el contrario, estábamos susceptibles.
Vigilancia mundial
Existe una vigilancia a nivel mundial para saber qué virus están circulando y en base a ella, se define cada año qué cepas virales estarán en la vacuna, por ello es tan necesario inmunizarse anualmente, dado que la fórmula de la vacuna puede ser diferente cada periodo. El gobierno prioriza la entrega de vacunas a aquellas cohortes de la población con mayor riesgo, tales como: embarazadas, adultos mayores, lactantes o quienes tengan una enfermedad de base, ya que ellos pueden desarrollar una neumonía y requerir hospitalización. Sin embargo, esto no exime la recomendación de vacunarse a todas las personas, de todo rango etario.
¿Por qué este año las alarmas en cuanto a la importancia de vacunarse han sonado con más fuerza?
Este año la epidemia en el Hemisferio Norte fue mayor que en otros periodos, esto de acuerdo a lo indicado por las cifras del Centro Para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el cual mostró un mayor porcentaje de enfermos con complicaciones por influenza, y también un alza en el número de muertes producidas por el virus.
Con estos antecedentes, el llamado es que la sociedad se vacune, porque es esperable que en el Hemisferio Sur pase lo mismo. Aunque no es una correlación establecida, de todas formas, es conveniente vacunarse año tras año.
¿Cómo se compone la vacuna contra la influenza?
La vacuna contiene proteínas de los virus, lo que nos permite desarrollar anticuerpos para defendernos de la infección. Éstas, por definición, contienen 3 o 4 cepas virales (proteínas de 3 o 4 virus). Por otro lado, y como la vacuna no tiene virus capaces de infectar, no hay posibilidad de que las personas se enfermen por esta fuente, ya que los virus no están completos. Lo que podría pasar es que el antígeno, al ser una proteína extraña al organismo, produzca fiebre y/o hinchazón en el lugar de la inyección, mas es algo leve y pasajero. Las vacunas contra influenza no causan esta enfermedad.
¿Cómo estamos posicionados actualmente versus décadas atrás en aspectos de protocolos de salud e investigación científica asociadas con el virus de la influenza? ¿Hemos avanzado?
Por supuesto que se ha avanzado. Primero que todo, se dispone de la vacuna. Además han surgido otras vacunas que pueden ser incluso más seguras que la actual, la que se produce en huevo, dando espacio a que muchas veces, incluso después del proceso de purificación, puedan quedar algunas proteínas del mismo que generen potencialmente algún tipo de alergia. En ese sentido, se están ensayando nuevos procesos de producción, en matrices distintas, incluso más seguras que el huevo. A la vez, disponemos de antivirales contra el virus de la influenza, y eso antes no lo teníamos.
Este último punto es clave, y para que sea efectivo el antiviral, tiene que ser administrado prontamente, porque el virus es capaz de replicar muy velozmente, y si bien el antiviral inhibe el proceso, si se suministra cuando las células ya están replicando el virus, llega tarde para realizar su labor. Es por ello que la indicación es suministrar el antiviral durante los primeros dos días después del comienzo de la enfermedad.
¿Cuál es su proyecto de investigación actual? ¿En qué línea está enfocada y cómo se une con el estudio de la influenza?
En mi proyecto de investigación FONDECYT actual, estudiamos adultos con neumonía adquirida en la comunidad (por ejemplo: que se infectaron en la casa o el trabajo), y una de las causas es el virus influenza. En ese sentido, y dado que en proyectos previos observamos que los virus son importantes, estamos enfocados en analizar la respuesta inmune de las personas, la cual pudiese explicar por qué hay quienes no desarrollan una enfermedad grave versus otros que si lo hacen, aun no teniendo factores de riesgo previos. En este proyecto tratamos de encontrar algún marcador, derivado desde algún parámetro de respuesta inmune, que pronostique cómo se desarrollará el cuadro después del contagio con el virus para determinar si presentará una enfermedad grave o no, de esta manera, y si logramos encontrar dicho marcador, podríamos eventualmente analizar si hay que hospitalizar o no al paciente.
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