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Un análisis de los datos públicos de la secuencia del genoma del SARS-CoV-2 y los virus relacionados no encontró evidencia de que el virus se haya producido en un laboratorio o haya sido diseñado de otra manera.
Una nueva investigación encuentra que el virus que causa la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es estable durante varias horas o días en aerosoles y en superficies. Los científicos descubrieron que el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) era detectable en aerosoles durante hasta tres horas, hasta cuatro horas en cobre, hasta 24 horas en cartón y hasta dos o tres días en plástico e inoxidable acero.
Europa es ahora el epicentro de la pandemia de COVID-19. El recuento de casos y las muertes están aumentando en Italia, España, Francia y Alemania, y muchos países han impuesto cierres y fronteras cerradas. Mientras tanto, Estados Unidos, obstaculizado por un fiasco con kits de prueba retrasados y defectuosos, solo está adivinando su carga COVID-19, aunque los expertos creen que está en la misma trayectoria que los países de Europa.
“No vamos a tener ningún tipo de vacunas ni antivirales producidas en Chile que sirvan para controlar este virus de forma inmediata (..) De hecho, es más probable que exista un tratamiento médico antes que la propia vacuna”, subrayan.
La Sociedad de Microbiología de Chile envió un comunicado luego de que el presidente Sebastián Piñera decretara estado de catástrofe en Chile por la pandemia del coronavirus.
La presidenta de la sociedad, Claudia Saavedra, aseguró que “estas dos semanas son cruciales para controlar o desatar el virus, y nos preocupa principalmente el accionar de los jóvenes entre 20 y 30 años. Se ha comprobado internacionalmente que este ha sido el grupo etario más indolente a la hora de respetar la cuarentena”.
“Cuando a los ciudadanos italianos y españoles se les hizo un llamado a evitar lugares públicos y aglomeraciones; no lo hicieron y ahí están las consecuencias. Este es un escenario crítico y debe existir un mínimo de responsabilidad social”, agregó.
Claudia Saavedra se refirió al desarrollo de tratamientos preventivos a corto plazo: “No vamos a tener ningún tipo de vacunas ni antivirales producidas en Chile que sirvan para controlar este virus de forma inmediata”.
“Para no crear falsas expectativas, se estima que la vacuna contra el COVID-19 podría estar recién en el país a fines del 2021 y según los estudios clínicos internacionales en curso, en las próximas 4 a 8 semanas se podría tener algún tipo de resultados sobre aquellos antivirales que están en el mercado y que pudieran ser eficaces. De hecho, es más probable que exista un tratamiento médico antes que la propia vacuna”, manifestó.
También hizo un llamado a respetar con seriedad las medidas de aislamiento establecidas luego de la propagación masiva del virus. “Estamos en una fase de infección comunitaria y el aislamiento social es el mecanismo más eficiente y costo efectivo para evitar la probabilidad de contagio. Eso sí, la mejor forma de prevenir infecciones y salvar vidas es romper las cadenas de transmisión. Y para hacer eso, se deben hacer pruebas controlando todo lo que haya estado en contacto directo con los casos confirmados, incluso si son leves o moderados, y de los posibles infectados, tal como lo hace hoy Corea del Sur”, agregó la microbióloga y doctora en Bioquímica.
Se hizo un llamado a todos los sectores de la sociedad para trabajar de forma coordinada frente al brote epidémico. La Sociedad de Microbiología de Chile se puso a disposición de las autoridades para integrar mesas técnicas u otras instancias de trabajo. “Debemos dejar de lado cualquier interés particular por el bien común y general de toda la población”, finalizó la presidenta.
Claudia Saavedra | Cartas al Director, El Mercurio
Tras la llegada del COVID-19 al territorio nacional, la comunidad científica en Chile y el mundo académico están avanzando por diseñar tratamientos preventivos contra este brote epidémico.
Es cierto que nuestro país tiene toda la capacidad científica y tecnológica para poder reaccioar y entregar las respuestas que se necesitan para combatir esta crissi sanitaria. pero es importante precisarle a la población que en el corto plazo no vamos a tener ningún tipo de vacunas ni antivirales producidas en Chile que sirvan para controlar este virus. Para no crear falsas expectativas, se estima que esta vacuna se demorará, al menos, entre 18 y 24 meses para que pueda ser utilizada en algún paciente y según los estudios clínicos internacionales en curso, recién en las próximas 4 a 8 semanas se podría tener algún tipo de resultados sobre aquellos antivirales que están en el mercado y que pudieran ser eficaces para disminuir la mortalidad del COVID-19. Por lo tanto, hay que ser prudentes con la información y entender que aún no existe un tratamiento específico que frene a este virus.
Carla Saavedra Ph.D.
Presidenta de la Socedad de Microbiología de Chile
Viviana Cachicas |Carta al Editor | Revista de Salud Pública de Chile.
La disposición espacial del material genético dentro del núcleo celular juega un papel importante en el desarrollo de un organismo. Un equipo de investigación ha desarrollado un método para rastrear los cromosomas en células individuales. Con este método, ahora han podido demostrar que los cromosomas se reorganizan durante el desarrollo embrionario.
Una comparación de ratones normales y libres de gérmenes reveló que hasta el 70 por ciento de la química intestinal de un ratón está determinada por su microbioma intestinal. Incluso en órganos distantes, como el útero o el cerebro, aproximadamente el 20 por ciento de las moléculas eran diferentes en los ratones con microbios intestinales.
A poco más de dos meses de que se reportaran en China los primeros casos de un nuevo tipo de coronavirus -hoy identificado como el virus SARS-CoV-2, que puede causar la enfermedad COVID-19-, el Ministerio de Salud confirmó la existencia de los primeros tres casos en Chile. El académico de la Facultad de Medicina, Fernando Valiente, se refirió a la expansión de este virus, sus características y posible trayectoria.
La tarde de este 3 de marzo, las autoridades de salud de nuestro país confirmaron el primer caso en Chile de un paciente contagiado con el nuevo tipo de coronavirus SARS-CoV-2, sumando a nuestro país a los otros cinco latinoamericanos que ya han presentado contagios por este virus: Ecuador, México, Brasil, República Dominicana y Argentina.
Con un tercer caso confirmado este miércoles 4 de marzo, el virus -originado en la localidad de Wuhan, China- ya está presente en 75 países alrededor del mundo, pese a que gran parte de los casos siguen concentrados en el gigante asiático.
En un contexto de gran expectativa respecto a las consecuencias que este nuevo virus podría traer para Chile y el mundo, el virólogo Fernando Valiente, académico de la Facultad de Medicina y vicepresidente de la Sociedad de Microbiología de Chile, lleva semanas siguiendo la trayectoria de este virus y participando de la coordinación que desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación se está realizando para enfrentar la situación.
Existen cerca de 40 especies de Coronavirus y solo 7 de ellos infectan humanos, dentro de los cuales podemos encontrar SARS-CoV en el 2003, HCoV NL63 en el 2004, HKU1 en el 2005, MERS-CoV en el 2012 y SARS-CoV-2 (comúnmente conocido como 2019-nCoV) en el 2019. Gracias a la secuenciación completa del virus, se ha determinado que posee una similitud del 70 por ciento con el SARS-CoV y que este nuevo virus puede ser un recombinante entre un coronavirus de murciélago y otro coronavirus de serpiente o visones. Actualmente se ha reportado el receptor que utiliza el virus para entrar a las células infectadas es el Angiotensin converting enzyme 2 (ACE2), mismo receptor que utiliza el SARS-nCoV y HCoV NL63.
El virus tiene un periodo de incubación de cinco a 14 días, dentro de los cuales podría o no presentar síntomas. Sin embargo, durante este período puede ser transmitido de persona a persona por medio de las minúsculas gotitas que salen disparadas en cada estornudo o tosido. El virus puede ser inactivado de las superficies con alcohol o con limpiador doméstico en base a cloro. Para las manos, se debe utilizar alcohol-gel al 60 por ciento. El SARS-Cov-2, es altamente contagioso entre personas y sus síntomas son similares a otros cuadros respiratorios (fiebre >38ºC, tos y dificultad para respirar). En casos más severos puede generar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo, daño hepático o muerte. Dentro de los grupos de riesgos se encuentran los adultos mayores, personas con enfermedades crónicas e inmunosuprimidos.
Al principio hubo un aumento sostenido y exponencial de los casos confirmados, sin embargo, ya se ha estabilizado. Actualmente, el 86 por ciento de los casos confirmados están en China.
A la fecha del último reporte (4 de marzo 2020 a las 00:00 hrs.), se han confirmado 93.129 casos y 3.198 fallecidos, expandiéndose a 75 países. Por la expansión que está teniendo, es posible que se convierta en pandemia. Tendremos que esperar cuando llegue el invierno a nuestro hemisferio y ver si hay un incremento de los casos confirmados a nivel regional. Sin embargo, no debemos confundir pandemia con letalidad. Hay que recordar que es un virus nuevo, para el cual aún no se cuenta con una vacuna para prevenir la infección ni con antivirales, y tampoco sabemos que efectos a largo plazo podría generar en los pacientes infectados.
Por eso es importante seguir las medidas de prevención recomendadas por el MINSAL y la OMS para reducir la exposición y transmisión del virus: lavarse las manos, evitar saludar de manos y besos, estornudar cubriéndose la boca con el segmento interior del codo, cocinar completamente las carnes, productos animales y huevos, evitar el contacto con personas enfermas (de ser posible) y usar protección al tener contacto con animales de granja o salvajes.
El uso de mascarillas solo es recomendado para ser utilizadas en pacientes infectados confirmados y en personas que cuidan de estos. No está recomendado para personas sanas, dado que generan falsa sensación de protección, aumentando el riesgo de contagio y no son utilizadas de manera adecuada.
Quedamos de trabajar en diferentes ejes estratégicos para abordar la llegada de nuevos patógenos emergentes o re-emergentes; no sólo de este coronavirus, sino también de Zika, Dengue, Chikungunya, entre otros.
Estamos trabajando en describir las capacidades de investigación en virología que posee el país, en cuanto a número de investigadores y sus temáticas. Esto servirá para prestar soporte en diagnóstico, por ejemplo, durante un brote epidémico desde las propias universidades donde se encuentran estos investigadores y así descomprimir la alta demanda del Instituto de Salud Pública (ISP). Además, hemos trabajado en un plan comunicacional para frenar las noticias falsas y entregar información certera a nuestra sociedad respecto a coronavirus en los medios de comunicación, identificando lugares estratégicos para desplegar información actualizada en forma gradual, según la contingencia del brote epidémico.
Esta es una oportunidad única para la colaboración científica. Ha cambiado la forma de comunicar la ciencia. El repositorio de la OMS ya cuenta con mas de 3 mil artículos relacionados a COVID-19. Cada día hay decenas de trabajos de científicos de todo el mundo que suben sus estudios a plataformas de pre-print como bioRxiv o medRxiv, que no han sido sometidas a revisión por pares. La secuenciación de los genomas de los virus que van siendo detectados en los diferentes lugares en el mundo ha permitido mapear el comportamiento y la tasa de mutación de este nuevo virus. Se han creado repositorios de material biológico de este virus. Gracias a toda esta información, ya se esta trabajando en prototipos de vacunas y ensayos clínicos para buscar antivirales.
Debemos aprender de esta experiencia en Chile y levantar las capacidades en cuanto a infraestructura, equipamiento y personal capacitado para enfrentar la llegada de este y otros patógenos a nuestro país. Hoy en día tenemos investigadores de frontera trabajando de manera segregada en problemáticas afines; entonces, por qué no soñar, por ejemplo, con levantar un Centro de Investigación multidisciplinario en enfermedades infecciosas que se preocupe de manera integral en la respuesta a la llegada de patógenos emergentes / reemergentes desde lo molecular a lo poblacional, con capacidad de desarrollar vacunas y antivirales a nivel nacional…
No sé si pronto dado el tiempo que se demora en generar las pruebas de toxicidad, seguridad, inmunogenicidad y eficacia de protección, lo que puede tomar años. Sin embargo, ya hay varios prototipos en marcha que buscan crear una vacuna, entre ellos: mRNA-1273 de la empresa Moderna; INO-4800 de Inovio Pharmaceuticals; molecular clamp de la Universidad de Queensland, en Australia; y proteínas recombinantes que se ensamblan en nanopartículas de Novavax. Sumado a estos esfuerzos, ya hay más de 80 ensayos clínicos para analizar si antivirales que se utilizan para otros virus, pueden frenar la replicación del coronavirus.
Un microbiólogo de la Universidad de Tennessee, Knoxville, recibió una porción de una subvención de $ 3.1 millones del Departamento de Energía de los Estados Unidos para estudiar cómo el calentamiento global podría afectar las turberas y sus vastas reservas de carbono en el futuro.