-La actividad contó con la participación de Milen Duarte, investigadora del IEB, y de Aníbal Pauchard, Ramiro Bustamante y Francisco Squeo, también científicos de nuestro centro.
Con el objetivo de promover el cuidado y protección del Valle de Elqui, y mantener activo el diálogo con la comunidad que habita este territorio, es que se desarrolló una serie de conversatorios virtuales. Pandemia y medioambiente, consecuencias de la minería en el sector, perspectivas de protección del Valle, contaminación lumínica y usurpación de aguas, fueron los temas que se abordaron en el ciclo de foros “EducAcción, protegiendo el Valle de Elqui”.
Las jornadas, que contaron con la participación de investigadores del Instituto de Ecología y Biodiversidad, líderes sociales y habitantes de la comunidad elquina, fue organizada por la ONG Corporación Elqui Valle Sagrado, y Milen Duarte, bióloga ambiental y candidata a doctora en ecología del IEB y la Universidad de Chile.
“La idea de este foro, surgió de la propia comunidad con el objetivo de abarcar problemáticas atingentes al Valle de Elqui y la necesidad de dialogar entre los propios habitantes, sobre los riesgos y amenazas que hoy enfrenta el territorio. La actividad también se desarrolló con el fin de dar conocer el trabajo que venimos realizando desde hace un tiempo, en el ámbito medioambiental y de protección de la biodiversidad”, comenta la científica del IEB.
La motivación se concretó tras observar trabajos de prospecciones mineras a comienzos de este año, y aún más, cuando en marzo se presentó un estudio de impacto ambiental a raíz de un proyecto minero que abarcaría desde la comuna de La Serena hasta Vicuña, “estudio en el que nosotros también buscamos participar y entregar nuestras observaciones”, declara Milen Duarte.
Conversatorios
La primera charla, dedicada a pandemia y medioambiente, se realizó el 14 de julio, y contó con la participación de los investigadores del IEB, Aníbal Pauchard -de la Universidad de Concepción- y Ramiro Bustamante -de la U. de Chile. Durante la actividad, Pauchard señaló que el cambio global está perjudicando a la biodiversidad y presionando cada vez más a los ecosistemas naturales. También abordó los efectos de las especies invasoras, cuya introducción en nuevos territorios, propiciada por la acción humana y la globalización, genera desbalances y favorece procesos críticos como la actual pandemia. El castor, abejorro europeo, la zarzamora, la chinita arlequín, y virus como el SARS- CoV2, son ejemplos que el científico destacó.
Por su parte, Ramiro Bustamante abordó el origen e historia de las pandemias, y las condiciones que favorecen estos procesos, como la relación de los seres humanos con nuestra biodiversidad. Expansión urbana, tenencia de mascotas exóticas y consumo de animales nativos, son algunos motores que aceleran las zoonosis y el desarrollo de enfermedades emergentes, según estima el investigador. En el caso del coronavirus y su relación con la ecología, el científico de IEB explicó que los virus son “parásitos obligados, con vidas muy cortas y alta capacidad de mutación”, generando así una coevolución o guerra armamentista, en su vínculo con los humanos.
Durante la actividad, el ecólogo de la U. de Chile también realizó un llamado a consolidar canales de información basados en evidencia que, realmente, puedan ser un apoyo a la ciudadanía, fomentando el pensamiento crítico y no la confusión.
El segundo foro, efectuado el 21 de julio, ahondó en las «Consecuencias de la minería en el Valle del Elqui». En esta jornada participó Milen Duarte, quien abordó los efectos del extractivismo sobre la biodiversidad en éste y otros territorios. En ese contexto, la ecóloga explicó que el impacto sobre las especies, la contaminación del aire y la salud humana, son algunos de los problemas asociados a la minería, y que el 34% de la actividad minera del mundo se concentra en Sudamérica. El conversatorio también contó con la presencia de Yimmy Zuleta, habitante de El Toro en la cuarta región, quien se refirió a los efectos de la minería en la vida cotidiana de sus habitantes y en aspectos como el desplazamiento de comunidades producto de estas actividades, en zonas cercanas como Andacollo.
La tercera jornada, dedicada a las “Perspectivas de protección del Valle del Elqui”, contó con la participación de Francisco Squeo, investigador del IEB, de CEAZA y la Universidad de la Serena. El ecólogo mostró el trabajo de protección que se está realizando en la zona alta de la comuna de Paihuano, sobre los 2 mil metros, donde se encuentra el santuario de la naturaleza “Estero Derecho”, una zona de riquísima biodiversidad, alto valor cultural y que busca convertirse en Reserva de la Biósfera.
El científico destacó los esfuerzos realizados desde hace veinte años en la Región de Coquimbo, territorio que posee la mayor diversidad vegetal de Chile y gran endemismo (53,5%).
En esta actividad también participaron Juan Vargas y José Canihuante, habitantes de la comunidad, quienes compartieron sus conocimientos y experiencia.
El último foro del ciclo se realizó el 4 de agosto, con el conversatorio: “Del cielo al suelo: contaminación lumínica y usurpación de las aguas”, dos áreas que también preocupan a la comunidad de Elqui. Esta jornada, estuvo liderada por Pedro Sanhueza (OPCC) y Henry Saldaño (Unión regional por la cultura campesina e indígena de Atacama).
Tras la realización de la jornada, Milen Duarte destacó la importancia de estas interacciones y la vinculación de la ciencia formal con la gente, como base para la generación de alianzas y figuras de protección que ayuden a resguardar el territorio, su biodiversidad, y el buen vivir de sus habitantes.
El problema es uno de los temas del libro recientemente aparecido, “El cambio climático y la biología funcional de los organismos”, editado por Francisco Bozinovic y Lohengrin Cavieres de la Universidad Católica, que reúne el trabajo de destacados investigadores en el área de la biología funcional aplicada al actual proceso de calentamiento global. Entre las enfermedades reemergentes destacan la tuberculosis y la malaria, la extensión del dengue, el resurgimiento de la plaga del cólera y las enfermedades transmitidas por garrapatas. Por otra parte, entre las enfermedades emergentes se encuentran por ejemplo los virus Marburg –que causa una enfermedad hemorrágica severa–, el famoso ébola, el síndrome pulmonar por hantavirus (HCP) y la cepa de E. coli O157-H7, entre otros.
En una prueba de efectividad antiviral contra el virus que causa COVID-19, un extracto de algas comestibles superó sustancialmente el remdesivir, el antiviral estándar actual utilizado para combatir la enfermedad. La heparina, un anticoagulante común, y una variante de heparina despojada de sus propiedades anticoagulantes, se realizó a la par con remdesivir para inhibir la infección por SARS-CoV-2 en células de mamíferos.
En un simposio reciente sobre la evolución de las enfermedades infecciosas, la Universidad de California, San Diego (UCSD), el patólogo Nissi Varki señaló que los humanos padecen una larga lista de enfermedades mortales, que incluyen fiebre tifoidea, cólera, paperas, tos ferina y gonorrea. que no afectan a los simios y a la mayoría de los otros mamíferos. Todos esos patógenos siguen la misma ruta bien transitada para penetrar en nuestras células: manipulan moléculas de azúcar llamadas ácidos siálicos. Cientos de millones de estos azúcares tapan la superficie exterior de cada célula del cuerpo humano, y los ácidos siálicos en los humanos son diferentes de los de los simios.
Rapa Nui se ubica en medio del océano Pacífico a más de 3.600 kilómetros de las costas de Chile, siendo uno de los lugares más remotos del mundo.
Cada año, antes de la reciente pandemia, era visitada por más de 100 mil personas, sobre todo por sus famosos moáis, las icónicas estatuas de piedra que hoy son el recuerdo de los ancestros de los actuales habitantes.
Lohengrin Cavieres, investigador del IEB, llama a trabajar por un cambio de paradigma y una nueva Carta Magna que considere una mirada integrada de los ecosistemas, el acceso igualitario a la naturaleza y la protección de nuestro entorno, por sobre los intereses extractivistas.
Al atravesar el árido suroeste de Estados Unidos, se ven kilómetros y kilómetros de arbustos de creosota. Bien adaptado al paisaje cálido y sediento, el arbusto de hoja perenne, también conocido como greasewood, chaparral y gobernadora, produce mechones de cápsulas de fruta blanca y esponjosa. Entre las plantas viven insectos similares, esponjosos y blancos, difíciles de distinguir de la fruta, que son, de hecho, una especie de avispas conocidas como hormigas de terciopelo con cardo.
La Universidad de Chile organizó un conversatorio sobre el manejo de la crisis sanitaria por parte del Gobierno, la transparencia de datos y el rol del Estado en este contexto, el que se realizó este jueves 9 de julio, y que se pudo seguir a través de transmisiones online vía Facebook Live de la Casa de Bello y Cooperativa.cl.
Científicos del IEB advierten sobre los efectos de la megasequía y algunas acciones que podrían favorecer la resiliencia de los ecosistemas. Fernanda Pérez, investigadora del IEB, asegura que la mayor parte de la flora perenne propia de la zona cordillerana central, peligra. Quillayes, Llaretas, Peumos, Colliguay, Boldo son algunos ejemplos. Pese a esto, las últimas lluvias aumentan las expectativas de exista rebrote, especialmente, en árboles y arbustos que botan sus hojas, plantas que almacenan reservan en sus raíces y otras especies como el Litre.
«Pero la pregunta sigue siendo si la teoría económica tradicional está a la altura de esa tarea para enfrentar una crisis como esta, particularmente una crisis de origen biológico», dijo Armin Schulz, profesor de filosofía en la Universidad de Kansas.