Para el próximo 23 de septiembre está prevista la inauguración del Centro de Excelencia de Biomedicina de Magallanes (Cebima), institución científica más austral del mundo, que nace de un acuerdo de cooperación entre la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Magallanes.

Dirigido por el doctor Nibaldo Inestrosa, Premio Nacional de Ciencias y director del Centro de Envejecimiento y Regeneración Care UC, la nueva entidad tiene como objetivo principal potenciar el trabajo científico y la investigación realizada en el extremo sur del país.

Las instalaciones se encuentran en el complejo en que funciona el Hospital Clínico de Magallanes, en el acceso norte de Punta Arenas.

“Queremos descentralizar la actividad científica nacional y potenciar la investigación a partir de cada región de Chile. Ese es un objetivo que debemos potenciar en beneficio de nuestra nación. Es necesario acercar la ciencia a los lugares más extremos del territorio y encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas a nivel local y nacional. Cebima cuenta con instalaciones que superan los 1.500 metros cuadrados, un bioterio y 10 laboratorios. Actualmente estamos realizando investigación relacionada con patologías crónicas y degenerativas como el Alzheimer, alteraciones musculares, hipertensión y diabetes”, señaló el doctor Inestrosa.

Plantas y algas que viven en un clima extremo como lo es la Región de Magallanes. Musgos y hongos acostumbrados a soportar condiciones de estrés importante, como bajas temperaturas, vientos fuertes y poca luz durante períodos prolongados, son algunas de las especies que están siendo analizadas para prevenir y tratar males asociados al envejecimiento.

“Algunas algas del sur de Chile han demostrado en modelos in vitro que tienen la capacidad de prevenir el proceso de estrés oxidativo, que es muy relevante en varias patologías asociadas al envejecimiento, incluyendo la enfermedad de Alzheimer. Queremos utilizar estos compuestos naturales como una terapia complementaria”, explicó Waldo Cerpa, director del Departamento de Biología Celular y Molecular de la Universidad Católica y subdirector de Cebima.

Cerpa es enfático en manifestar que “no existe otro centro de investigación en Chile y el mundo que tenga las características de Cebima, queremos transformarnos en un referente para las otras regiones del país y beneficiar con nuestro quehacer científico a la población local al realizar ciencia de nivel internacional”.

Dos especies prometedoras

La investigación del doctor Inestrosa actualmente está centrada en identificar extractos de plantas y algas, y posteriormente aplicar sus componentes activos para combatir patologías degenerativas.

Según lo indica el científico “en la Patagonia hay muchas plantas que tienen efectos antioxidantes o anti inflamatorios. Una especie interesante es la Huperzia fueguina, un tipo de helecho que contiene un inhibidor de una enzima que actúa sobre los neurotransmisores relacionados con la memoria y el aprendizaje”.

La estructura de esta planta es muy similar a la Huperzia serrata, vegetal utilizado por los asiáticos para la elaboración de diversos productos que ayudan a combatir el Alzheimer. Esta enfermedad actualmente afecta a aproximadamente 200 mil chilenos y de acuerdo al Ministerio de Salud, se estima que para el año 2020 el número de personas afectadas con este mal aumentará a casi medio millón.

Otra especie que está siendo analizada por Nibaldo Inestrosa es la luga roja, un alga que destaca por sus efectos de tipo anti diabético y que en un futuro cercano podría permitir controlar esta enfermedad que -en los últimos diez años- ha duplicado la prevalencia en Chile, alcanzando un millón 700 mil pacientes. Una cifra que nos ubica como el líder en Sudamérica, siendo superados solamente por México, según las cifras de la Federación Internacional de Diabetes.

Ciencia al fin del mundo

De acuerdo con los resultados de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (Casen), en la Región de Magallanes viven aproximadamente más de 25.000 personas que superan los 60 años de edad, lo que corresponde a un 16,7% del total de la población de la zona austral. Un porcentaje superior al 15,6% nacional y que la convierten junto a la Región de La Araucanía, en una de las zonas con un importante índice de envejecimiento.

La longevidad de la población juega un papel importante a la hora de implementar este centro de excelencia. Así lo señala Inestrosa: “Es un hecho que la gran cantidad de adultos mayores fue un primer punto al momento de tomar la determinación de levantar Cebima. Algo hay en Magallanes que permite que la gente aquí viva mucho más que en otras regiones y yo creo que parte de la respuesta está en el material biológico que hay en esta región”.

Las características ambientales únicas en el país y que facilitan la búsqueda de nuevos compuestos, como temperaturas extremas, mucho viento y presencia de poco sol, fueron un factor fundamental. “La vegetación austral está sometida a estrés que normalmente no existe en otras regiones del país. Esto permite pensar que todos estos organismos van a protegerse de buena manera y eso podría generar compuestos químicos que, eventualmente, sirvan para tratar algunas enfermedades crónicas”.

Otro factor determinante en la creación de Cebima es la ubicación geográfica de Magallanes, cuya cercanía con el continente antártico, permite a los investigadores acceder a flora y fauna únicas, desarrolladas en condiciones climáticas adversas. aspecto que convierte a esta institución científica en una entidad única a nivel mundial.

Fuente: laprensaaustral.cl

“Injusticia socioambiental”: el duro diagnóstico de la comunidad científica al proyecto de carretera hídrica

| Noticias |

En medio de la sequía más intensa de las últimas décadas, que solo este año ha provocado la muerte de miles de animales y la declaración de emergencia hídrica en varias regiones del país, el gran empresariado agrícola presiona para que se declare iniciativa de interés público el proyecto de carretera hídrica que pretende llevar agua desde el Biobío hasta las zonas deprimidas, para fortalecer la inversión agrícola y aumentar las exportaciones agroalimentarias. El proyecto, sin embargo, recibe el categórico rechazo de la comunidad científica, la que advierte que, en el contexto actual de sequía y cambio climático, provocaría daños irreversibles en la biodiversidad e hipotecaría la disponibilidad del vital recurso en el futuro cercano.

En medio del año más seco en seis décadas y que ha provocado la muerte de diez mil animales, en el contexto de una sequía que ya lleva diez años, y la declaración de emergencia hídrica en cuatro regiones del país y 17 comunas de la Región Metropolitana, el Gobierno, a través del Ministerio de Hacienda, anunció que la cartera de Agricultura recibirá US$63 millones adicionales para financiar proyectos de riego, todo en medio de las gestiones del gran empresariado del sector para que se declare como iniciativa de interés público el proyecto de la carretera hídrica.

Son tres las iniciativas de esta modalidad ingresadas a la oficina de concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP), la última de ellas, este martes, por Juan Sutil a nombre de la Corporación Reguemos Chile, quien propone llevar agua desde la Región del Biobío hacia el norte y el sur del país, en el marco del cambio climático, donde en un horizonte de 20 años el agua disponible podría reducirse en un tercio en Chile, y con especial énfasis en “salvar” a la agroindustria, que consume el 70% de dicho recurso en el país, incluido su sector exportador.

“La carretera hídrica permitirá generar 1 millón de empleos nuevos e inversiones por US$35mn en plantaciones agrícolas y logística productiva. A ello se agregará un alza en las exportaciones agroalimentarias, pasando de US$16.000mn a US$64.000mn para 2036”, explica Sutil.

Este tipo de proyectos, sin embargo, ha recibido el categórico rechazo de la comunidad científica, que advierte que medidas como esta se están adoptando contra el conocimiento científico mínimo e implicarían –dado el grave contexto actual– que el remedio sería peor que la enfermedad.

“Me parece muy difícil o imposible que un proyecto de este tipo pueda hacerse cargo de un problema global y de largo plazo, como son los cambios en abastecimiento hídrico debido al cambio climático”, advierte Juan Armesto, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) y académico de la Universidad Católica.

“Una solución a estos problemas requiere un enfoque adaptativo, es decir, estrategias que son basadas en el conocimiento y flexibles frente a distintos estados futuros del problema”, añadió.

Rechazo a los proyectos

Este martes, varios gremios de la zona rechazaron la idea por su alto costo y recordaron que ya había sido desechada en los años 60, mientras entidades como Fundación Terram derechamente califican el proyecto de “falsa panacea”.

“Es probable que este tipo de iniciativa genere cambios en el uso del suelo que solo agraven, en el mediano plazo, las consecuencias dramáticas que ya se ven en materia de cambio climático, al forzar y promover el cambio de uso del suelo a los monocultivos extensivos”, alerta Enrique Aliste, director del Departamento de Geografía de la Universidad de Chile.

El primer tramo de esta iniciativa privada de obra pública que transportaría agua desde la Región de Biobío hasta la Región Metropolitana tendría una longitud de 1.015 kilómetros y pretende regar 324.732 nuevas hectáreas agrícolas en 71 comunas de la zona central del país. El valor es de US$ 6 mil millones.

“Un proyecto de esa escala podría contar con la férrea –y en algunos casos justificada– oposición de grupos ambientalistas y probablemente corra la misma suerte que otros grandes proyectos hidráulicos, como HidroAysen”, señala por su parte Raúl Cordero, académico de la U. de Santiago.

Para los investigadores, la comprensión y el cuidado de los ecosistemas resultan fundamentales para enfrentar y mitigar la crisis hídrica que afecta a gran parte del país.

Por eso llaman a tomar decisiones de largo plazo, basadas en la evidencia y naturaleza, como el manejo integrado de cuencas, la conservación del bosque nativo, entre otros aspectos.

Ingreso al MOP

Este martes ingresó a la oficina de concesiones del MOP la iniciativa de la Corporación Reguemos Chile, que se suma a dos de capitales extranjeros.

Promete, de acuerdo a lo descrito en su página web, “solucionar el problema hídrico de muchas regiones, ciudades y comunas”, así como hacerse “cargo del cambio climático, ayudando a mitigar los efectos de este”.

Todas estas iniciativas esperan ser declaradas de interés público, para entrar en una Cartera de Proyectos que desemboque finalmente en una licitación, en un proceso que puede demorar años pero depende, en última instancia, de las prioridades del Gobierno.

Para especialistas como Aliste, este proyecto puede consolidar y agravar aún más la situación de escasez hídrica en Chile Central, puesto que el cambio en el uso del suelo y actual régimen de la propiedad de las aguas, puede agudizar las diferencias y extremos que expone el tema de la escasez: así, se haría todavía más evidente que, si bien la sequía es para todos por igual, no lo será la escasez, pues algunos sí tendrían agua, mientras otros no.

No hay “excedentes”

Los científicos coinciden en que, contrario a lo que plantean estos proyectos, los ríos de la zona no tienen excedentes de agua, el cual es fundamental para el equilibrio ecológico. Recuerdan además el grave impacto que han tenido proyectos de trasvase en lugares como España, con el río Tajo, y el proyecto Olmos, en Perú.

“Los grandes embalses, desvíos en cursos de agua y significativas alteraciones en caudales, como los asociados a grandes proyectos hidráulicos, como los de carreteras hídricas, tienen coimpactos negativos medioambientales que ya no pueden ser ignorados”, destaca Cordero, académico de la U. de Santiago. “Por eso, es difícil encontrar un país desarrollado en el que proyectos de esta envergadura hayan sido ejecutados en las últimas décadas”, puntualiza.

Por otra parte, Armesto comenta que, si bien se tiende a responsabilizar solo al cambio climático de la sequía, “las crisis hídricas tienen múltiples causas, por tratarse de recursos como el agua que tienen relación con el funcionamiento de ecosistemas completos”.

En el caso de la zona centro, por ejemplo, el déficit hídrico en la agricultura, en un año particular, puede atribuirse a muchos factores concurrentes, como los usos competitivos del agua (industrias, agricultura, mineras, centros urbanos), falta de infraestructura, uso ineficiente del recurso, degradación de los suelos y los ecosistemas, entre otros.

Pese a que hace un mes se reportó que la provincia de Biobío posee entre un 20 y 25 por ciento de déficit hídrico, la iniciativa público-privada contempla una inversión, según Statista, de US$20 mil millones, que incluye una infraestructura destinada a captar, almacenar y transportar el “excedente” de agua de los ríos de la región, lo que a su vez recuerda otras afirmaciones expresadas en torno a este tema, que aseguran que el agua de los ríos “se pierde” en el mar.

“Se sostiene, sin documentos que lo respalden, que el agua es abundante en la zona sur durante el invierno, mientras las proyecciones son cada vez más preocupantes por la sostenida disminución de precipitaciones, caudales y también aumento de demanda hídrica en la zona sur”, comenta Aliste.

Frente a las aseveraciones de la Corporación, Armesto las refuta categóricamente: “El agua que los ríos llevan al mar no son ‘excedentes’ sino que contienen biodiversidad y nutrientes derivados de los ecosistemas terrestres, que aportan energía a las cadenas tróficas de los sistemas acuáticos en los ríos, lagos y costas”.

Según el académico de la U. de Chile, si además se comprometen las cuencas de ríos como el Queuco, se sometería, una vez más, a “una enorme injusticia socioambiental y cultural al pueblo pehuenche, ya afectado histórica y recientemente en las pasadas décadas con la enorme y desafortunada intervención para la generación hidroeléctrica en la cuenca alta del Biobío”.

Una “falacia”

En la misma línea, el investigador del IEB, Cristián Frêne, señala que se asume que el agua del río Biobío sobra “y eso es una falacia”.

“Lo que ocurre es que los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos, y con esto me refiero también a los del borde costero, se van a ver afectados por una disminución importante del caudal. Ese caudal del río Biobío que llega al mar no se pierde, sino que es fundamental para todos los procesos ecológicos que ocurren en el borde costero”, detalla.

Además, Frêne observa que “es una inversión demasiado costosa, que tiene un costo de operación y mantención gigante”, y que la intervención en el caudal no solo podría perjudicar a la biodiversidad y actividades socioeconómicas locales, como la pesca artesanal, sino que también podría provocar la pérdida de miles de litros de este valioso recurso, en caso de que la infraestructura sucumba ante fenómenos usuales en Chile, como sismos y terremotos.

Finalmente, hay que considerar las tendencias de largo plazo en los regímenes de precipitación. La zona centro-sur de Chile también está experimentando una tendencia de largo plazo de pérdida de precipitaciones que en algunos puntos llega ser de 7% por década.

Aunque su situación en términos de estrés hídrico es mucho menos apremiante que en la zona centro del país, “es difícil que la población de esas zonas acepte cederle a otra recursos hídricos que perciben como cada vez más escasos”, acota Cordero.

Rol clave de la naturaleza

Un aspecto esencial, pero muy ignorado en la práctica, es el rol crítico de la naturaleza, donde ocurre el ciclo hidrológico y se forman los servicios ecosistémicos que abastecen, precisamente, del agua de uso y consumo humano, critican los científicos.

En ese sentido, piden la conservación y restauración de los ecosistemas nativos (como bosques), a la vez que un mejor ordenamiento territorial que permita el almacenamiento natural del agua en los suelos, promoviendo el buen funcionamiento de los ecosistemas, una mejor calidad de vida de los habitantes y el desarrollo socioeconómico local.

“Es muy importante trabajar bajo el concepto de manejo integrado de cuencas, que permite ordenar los usos de la tierra y del agua en el tiempo y el espacio”, subraya Frêne.

“Permite primero identificar a los usuarios de una cuenca, a los habitantes de ella, y luego priorizar usos que propendan al bienestar local, y no solamente que se esté utilizando este recurso con criterios económicos. Por lo tanto, esto viene aparejado de un cambio de paradigma, que tiene que ver con entender al agua como un bien común y dejar de entenderlo como una mercancía o bien de mercado”, sostiene.

Finalmente, el investigador manifiesta la necesidad de modificar tanto el Código de Aguas como la Constitución, para que el Estado tenga mayor control sobre este recurso cada vez más escaso.

El proyecto merece por el momento una discusión más amplia, donde se puedan transparentar los intereses en juego, las proyecciones que supone, los riesgos que implica y, sobre todo, los reales beneficios que eventualmente traiga y que, a la fecha, solo son privados y poco hablan de las consecuencias socioambientales que involucra, coinciden desde la Casa de Bello.

“La historia ambiental reciente de Chile nos ha enseñado que muchos de los elefantes blancos de las últimas décadas no trajeron los beneficios que se suponía al conjunto de la sociedad. Sí, al parecer, han colaborado a acrecentar las desigualdades que ahora arriesgan ser, además, de carácter socioambiental”, concluye Aliste.

Fuente: www.elmostrador.cl

 

La paradoja de la baja variabilidad genética entre diferentes moscas domésticas

| Noticias |

En el humeante y a menudo sucio mundo de la humilde mosca doméstica, existe una clara división entre los machos de la especie (la Musca domestica). Aunque no es una guerra civil, hay diferencias, sin duda, entre los hombres del norte y los que provienen del sur. Descubrir por qué esas diferencias aparecen en las secuencias genéticas de los norteños y sureños es clave para comprender nada menos que la determinación del sexo, pero hay una paradoja esencial: la diferencia genética es trivial.

«Estamos viendo una diferencia física y eso nos dice que veremos una diferencia genética que da lugar a la diferencia física, pero encontramos muy pocas diferencias genómicas», informa Richard Meisel, profesor asistente de biología y bioquímica de la UH, en la portada de septiembre Artículo de la revista Genética . La alteración física sugiere que la temperatura es una diferencia significativa entre los dos tipos de machos.

«Queremos saber cómo estas cosas que son tan físicamente diferentes de una manera evolutivamente significativa pueden tener una genética tan similar», dijo Meisel.

El corazón del trabajo de Meisel es la determinación del sexo. Los científicos lo entienden relativamente bien en humanos: un gen en el cromosoma Y inicia el proceso de desarrollo masculino, y el proceso es el mismo en casi todos los mamíferos. Pero fuera de la clase de los mamíferos, la determinación del sexo opera de manera diferente. La mosca doméstica tiene una variación sustancial en la forma en que se toma la decisión hombre / mujer. Hay dos formas comunes en que se puede iniciar el desarrollo masculino, y difieren en sus distribuciones geográficas. Una variante determinante masculina predomina en las latitudes del norte, y la otra es más común en el sur.

Y es por qué

Aunque diminuto, la diferencia entre los dos tipos de moscas es la posición del cromosoma Y en la secuencia de los genes.

«Si Y es la razón, entonces tiene que haber algo genético sobre ese cromosoma que permita que sea esa razón», dijo Meisel. «Es difícil para nosotros entender cómo esa cantidad trivial de diferencia en la secuencia del genoma causa esta variación», dijo Meisel, y agregó que la evidencia indica que la selección natural mantiene la determinación del sexo en la casa.

Junto con el estudiante de posgrado Jae Hak Son, Meisel examinó los cromosomas Y realizando experimentos de secuenciación de ARNm para medir la expresión génica en las casas masculinas que portaban diferentes cromosomas Y. La exploración le permite identificar las diferencias de fenotipo candidato entre los machos sobre las cuales la selección natural puede actuar para mantener la variación en la determinación del sexo.

«Nuestros resultados sugieren que, si la selección natural mantiene la determinación del sexo poligénico en casa a través de las diferencias de expresión génica, los fenotipos bajo selección probablemente dependan de un pequeño número de objetivos genéticos», dijo.

Fuente: www.eurekalert.org

Claudio Hetz, el científico larga vida

| Noticias |

Si Claudio Hetz tiene éxito, tendremos que hablar. Todos. Tendremos que llegar a un nuevo trato, un nuevo consenso sobre cómo hacernos cargo de un par de asuntos nada de triviales. Por ejemplo, ¿qué podría pasar si accedemos a tratamientos que nos permitan envejecer sin enfermar? ¿Cómo vamos a tener que modificar nuestro sistema de salud, incluidos los seguros de salud privados y las prioridades de la salud pública? ¿Cómo tenemos que concebir nuestro sistema de pensiones? ¿Y qué va a pasar si solo algunos acceden a la posibilidad de no enfermar? ¿Tendremos dos castas de “viejos”? ¿Dos categorías de seres humanos?

“Eso ya está sucediendo en países como el nuestro”, advierte, y apunta a estudios basados en uno de los datos más fiables de Chile: nuestro RUT. “Con eso puedes ver quiénes están en una isapre y quiénes en Fonasa. Y al hacerlo puedes ver cómo la probabilidad de enfermarse cambia en estas dos poblaciones. Ya estamos separados”. El problema, dice, no está tanto en las desigualdades que pueden generarse, sino más bien en cómo pueden recrudecer. “Ahí el asunto es qué va a pasar cuando empiecen a aparecer píldoras en la farmacia que puedan cambiar el curso del envejecimiento. Si detrás de todo este desarrollo no hay una acción social, el problema se va a acentuar”.

Claudio Hetz, ingeniero en biotecnología molecular y doctor en ciencias biomédicas, habla de esa posibilidad, porque es uno de los científicos que trabajan precisamente en que ese potencial se transforme en una realidad tan concreta como un comprimido en un pastillero.

No es que el director del Instituto Milenio de Neurociencia Biomédica de la Universidad de Chile, BNI -uno de los centros científicos de excelencia del país-, esté en el negocio de la fabricación de drogas. Pero su trabajo de ciencia básica está relacionado con un área que ha concentrado apuestas de miles de millones de dólares de laboratorios y empresas farmacéuticas: ganarle terreno a la muerte. En la literatura fantástica se hablaba de esto como “la eterna juventud”. Moderando las expectativas, en este campo se habla más de envejecer sin enfermar. No se trata de extender la vida, sino la salud.

Y como parece lógico que lo primero resulte como consecuencia de lo segundo, esta área de la investigación antienvejecimiento ha cautivado a muchos inversionistas de bolsillos profundos y mentes fértiles, como Jeff Bezos, Peter Thiel y, por supuesto, Google, que para estos efectos invirtió en Calico (acrónimo de California Life Company).

La aproximación tradicional a este problema está relacionada con los senolíticos, fármacos que logran que nuestro organismo se deshaga selectivamente de las células senescentes, es decir, aquellas células de individuos viejos que han dejado de dividirse y empiezan a generar enfermedades. Los éxitos en modelos animales, principalmente ratones, son espectaculares y han elevado las apuestas. Y ya hay varias pruebas clínicas (es decir, en humanos) en marcha.

El camino de Hetz ha sido diferente, y eso explica, en parte, por qué su laboratorio en el BNI ha recibido el financiamiento de algunas de las principales instituciones del mundo en el área de las enfermedades cerebrales.

También explica por qué el jueves pasado, a eso de las 11.30 de la mañana, en una localidad ubicada a 45 minutos de San Francisco, llamada Novato (paradójico nombre para instalar un centro de investigación enfocado en veteranos), Hetz explicó su trabajo y su plan al grupo de académicos de planta de The Buck Institute for Research on Aging. En rigor, fue más una bienvenida que un examen. En el Buck, uno de los centros de referencia en el área, ya habían decidido pedir a Hetz que se integrara a su facultad y que abriera allá un segundo laboratorio para su investigación.

El enfoque de Hetz y su equipo ha estado en un proceso poco explorado en función del envejecimiento: la proteostasis.

Estudiando enfermedades neurodegenerativas, Hetz y su equipo han puesto el énfasis en un factor común: la alteración del equilibrio de las proteínas y la acumulación de proteínas dañadas o tóxicas que empiezan a enfermar a la célula.

“Lo que pasa en estas enfermedades es que distintas proteínas se acumulan de forma anormal en el cerebro, y depende del área, su manifestación clínica: memoria, movimiento, etc.”, explica. “Esto sugiere que algo pasa al nivel de las proteínas, porque una célula sana puede eliminar las proteínas anómalas, como sucede frecuentemente. Pero cuando nos enfermamos se comienzan a acumular. Eso lo hemos estudiado por años”.

Es lo que ha dado, de cierta manera, un valor agregado al laboratorio de Hetz. “No hay mucha gente trabajando específicamente en esta área en ese instituto”, explica. Su laboratorio en el Buck Institute se llamará, de hecho, Laboratorio de control proteostático en envejecimiento y enfermedades cerebrales. Con Hetz, el Buck pretende reforzar el trabajo en el área de la proteostasis y reclutar a otros científicos destacados en ese enfoque.

Es obvio: desde el momento en que nacemos estamos condenados a morir. Es obvio, pero cuando quien lo dice trabaja precisamente en alterar el curso natural de esa condena, la frase tiene otra resonancia. Para Claudio Hetz, de hecho, hay algo en ese proceso natural que encierra una belleza incomparable. Particularmente, la apoptosis, el mecanismo de muerte celular programada. Fue lo primero que le fascinó de la biología, cuenta. Y al volver de su posdoctorado en Harvard comenzó a dictar una clase sobre el tema en la Universidad de Chile. La historia de amor de Hetz con la muerte celular es larga, pero solo hace un par de meses se animó a declararlo al mundo: se tatuó en su espalda la representación gráfica de la apoptosis, tal como fue dibujada en el paper de 1972 en que John F.R. Kerr, Andrew H. Wyllie y A.R. Currie acuñaron por primera vez el término.

“La historia de la muerte celular a mí me fascina, es preciosa. Y es un mecanismo fundamental que me ha interesado entender desde muy chico”, explica. “Después derivé a estos otros temas, pero siempre me ha acompañado esto, entender cómo las células mueren”.
Cuando Hetz dice “estos otros temas” habla básicamente de lo que ha sido su mayor foco de investigación, aquello que lo ha ocupado y lo ha posicionado en el mundo: descifrar los mecanismos -y los potenciales caminos terapéuticos- de enfermedades neurodegenerativas de tanto impacto como el párkinson, el alzhéimer y la Esclerosis Lateral Amiotrófica, ELA.

Fue, de hecho, en esa búsqueda que llegó a identificar y estudiar el rol del equilibrio de las proteínas en las células como causa de las enfermedades asociadas al envejecimiento.

De ahí a las gerociencias había un solo paso. Y ese paso implicaba caminar hacia la interdisciplina: si algo está claro para los especialistas en enfermedades asociadas al envejecimiento es lo determinante del contexto de las personas, como los factores socioeconómicos, en la incidencia y evolución de estos males.

Claudio Hetz es parte de un centro creado para hacerse cargo de la complejidad social del envejecimiento y de la necesidad de abordarlo de manera interdisciplinaria. El Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo, Gero, inaugurado en diciembre de 2016, integra a profesionales desde múltiples áreas, y actualmente realiza un seguimiento de largo plazo a 300 adultos mayores sanos para registrar sus condiciones de vida y las enfermedades que puedan ir sufriendo. La idea base es que las condiciones locales son un factor ineludible a la hora de entender cómo envejecemos y cómo enfermamos en el proceso. El ser humano, biológicamente, podrá ser uno solo, pero envejecer en Chile no es igual que hacerlo en Estados Unidos, Francia o en cualquier otro lugar del mundo. Entenderlo y caracterizarlo es parte de una brecha en el conocimiento que solo puede ser llenada con ciencia.

“Ha sido un proceso bien enriquecedor. En el momento en que agregué esa capa a mi investigación, todo adquirió más sentido, en términos de entendimiento”, dice Hetz. “Me ha permitido discutir este tipo de preguntas más amplias. Y eso es un puente para acercar la ciencia a la gente. Esto decanta a otro nivel, más social: el interés y la relevancia que adquieren estas preguntas biológicas, científicas, es mayor. Podría quedarme enmarcado en mi investigación, pero esto nos permite participar en un debate; ahora tengo un rol más político, dirijo un instituto de neurociencias, tengo un nuevo rol”.


¿Cuánto sabemos de cómo impacta en la biología de una enfermedad el entorno del paciente?

Es un área difícil de explorar. Pero sí sabemos que existe la biología de sistemas, que las moléculas se organizan de una cierta forma y eso determina su hacer y su herencia. Hay muchas capas que recién se están empezando a entender, como el rol de la microbiota, o las conductas sociales en animales y nosotros mismos, que son heredables…. Cómo funciona el cerebro, cómo esta conversación entre tú y yo sucede, tampoco lo entendemos. Y eso tiene que ver con estudiar las propiedades emergentes del sistema nervioso. Con una biología reduccionista nos hemos enfocado en procesos lineales y aislados, pero lo importante es la relación entre las partes. Eso todavía no tenemos la capacidad de entenderlo y manipularlo… Pero va hacia allá. Yo creo que la mayoría de los científicos somos conscientes de ese problema. Entonces, cuando pensamos en conectar esas capas nos vemos como individuos dentro de una sociedad, pero en el grupo humano tambien pasa algo. Tú no eres tus células individuales y tus órganos; eres un organismo que va más allá de tu cuerpo, porque somos entes sociales. Ahí empezamos a mezclar disciplinas.

La gerociencia, de alguna forma,está empezando a transparentar ese hecho. Porque tu biología no es todo. ¿Cuál es el parámetro de un experimento? Te enfermas o no te enfermas. Pero ahí entran factores que no solo tienen que ver con tu biología directa: tus pensiones, el cariño que recibes de tus nietos, tu alimentación, tu estilo de vida… Todo puede traducirse en cuánto sufres de enfermedades crónicas asociadas a la vejez.

Si envejecer, y enfermarse a causa de ello, es un proceso natural para el que nuestras células están programadas, ¿sabemos qué consecuencias puede tener posponerlo o alterarlo?

Bueno, esa es la pregunta: cómo intervenir de tal manera que las consecuencias no sean tan drásticas y no termines afectando los procesos naturales. Porque tu biología es tu biología; el problema es que las moléculas se desconfiguran en sus redes y ahí te terminas enfermando. Entonces, ese es el desafío: hasta qué punto tengo que modificar un proceso en una célula para tener un beneficio respecto de una enfermedad y evitar los efectos negativos de alterar tu biología natural.

Con avances científicos que pueden impactar tanto a la sociedad, ¿cómo ves la posibilidad de llevar esta conversación a la discusión de políticas públicas? ¿Estamos a tiempo?

Claro, el problema, que en Chile está exacerbado, es que todo esto va muy rápido, pero los debates están sucediendo de manera muy retrasada. Mira cómo cambia tu teléfono todos los años y piensa cómo avanza la ciencia. O sea, para mí leer papers de hace cinco años es un lata, es leer el pasado. Y no veo políticos discutiendo este tema, y si los ensayos clínicos que están en curso hoy tienen éxito, en cinco a siete años más vamos a tener drogas que van a cambiar el curso del envejecimiento. Pero eso pasa también con la mayoría de las terapias que llamamos emergentes, por ejemplo, la terapia génica y las terapias con células madre. Ya hay tres terapias génicas aprobadas por la FDA y van a salir muchas más. Nosotros ya licenciamos tres patentes en terapia génica, ya estamos en el negocio en esa área, pero en Chile nadie siquiera ha conversado del tema. ¿Qué organismo va a validar o certificar esos nuevos medicamentos biológicos cuando lleguen a nuestro país? En este momento hay muchas clínicas que ofrecen tratamientos con células madre, a veces sin ensayo clínico detrás. ¿Quién certifica que esas células que te inyectan son lo que se supone que son? No hay organismo que certifique que eso que están inyectando está bien preparado, que no tendrá efectos secundarios, o que no están inyectando agua… Estamos muy retrasados en el proceso de legislar al respecto. En Estados Unidos esto fue un gran problema hace un par de años, cuando apareció todo este tema de los fraudes con células madre, porque son temas muy manoseados y generan muchas expectativas. Cerraron clínicas… Entonces los enfermos desesperados ahora se van a China. Pero también pueden venir a Chile, porque tenemos el mismo problema: no es un crimen. Entonces, hay una deficiencia general. Necesitamos políticos que sepan de ciencia y ojalá un organismo que esté estudiando y se mantenga a la vanguardia.

Al mismo tiempo, la presión para los científicos parece ser la de presentar que su trabajo “sirve para algo”, de algún modo los obliga a empaquetarlo en torno a una enfermedad, a hacer promesas terapéuticas. ¿Cómo se trabaja en ese entorno?

Yo dirijo un instituto de neurociencias con 200 personas y parte de nuestra misión es acercar lo que hacemos a la sociedad y a los políticos. Y ha sido un problema gigante, porque no siempre puedes controlar qué se va a titular en los medios, por ejemplo. Hemos tenido muchos problemas con generar falsas expectativas. Parte del prestigio que tiene mi laboratorio no tiene que ver con enfermedades, sino con la ciencia básica que hacemos. Y por eso las empresas y fundaciones que nos apoyan infieren que podemos dar buenos frutos. Pero no siempre es así. Y hace poco publicamos un artículo en una de las mejores revistas en el área, Nature Cell Biology, con portada, salió en todas partes. Acá el titular en los medios lo relacionó con la promesa de curar diabetes y enfermedades metabólicas… Obviamente este estudio tenía proyecciones en esa área, pero el paper se trataba de cómo funciona la célula. Me llamaban los medios para hablar de diabetes y yo no tengo idea, si me dedico a las enfermedades cerebrales. Eso es un ejemplo de lo que pasa. Pero creo que eso es parte de la inseguridad de los medios, y eso está cambiando: a la gente le interesa saber más de ciencia.

Fuente: www.latercera.com

Descubren cómo mejorar el proceso de fotosíntesis acelerando el flujo de electrones mediados por la proteína Rieske

| Noticias |

Los científicos han descubierto cómo aliviar un cuello de botella en el proceso mediante el cual las plantas transforman la luz solar en alimentos, lo que puede conducir a un aumento en la producción de cultivos. Descubrieron que producir más de una proteína que controla la velocidad en que los electrones fluyen durante la fotosíntesis acelera todo el proceso.

Ver noticia completa – www.sciencedaily.com

El jardín que se volvió laboratorio

| Noticias |

El jardín Parque de Los Reyes recibió a las investigadoras Katia Soto y Rocío Muñoz, quienes adentraron a los niños en los secretos de la microbiología y la hidroponía.

Fue una mañana diferente la de este viernes 6 de septiembre a pocas cuadras del Parque de Los Reyes, en el jardín infantil del mismo nombre. A partir de las 11.30, el patio y una de sus salas se transformaron en dos improvisados laboratorios, en donde 23 pequeños científicos analizaron bacterias y crearon maceteros hidropónicos. La actividad, guiada por la microbióloga Katia Soto y la ingeniera agrícola Rocío Muñoz, fue parte de la iniciativa 1000 Científicos, 1000 Aulas —del Programa Explora de CONICYT—, que lleva a investigadores de primer nivel a las salas de clases de todo el país, y que en el último tiempo también ha llegado a los jardines infantiles: el año pasado, cerca de 60 charlas se realizaron en ellos.

Durante la actividad, los 23 alumnos del jardín infantil participaron en las charlas “Un viaje entre los miedos y nuestro universo bacteriano” y “Mis primeros pasos en hidroponía”, ante la mirada de las subsecretarias de Ciencia, Conocimiento, Tecnología e Innovación, Carolina Torrealba, y de Educación Parvularia, María José Castro. Con su presencia, las autoridades reforzaron el interés manifestado por ambas carteras de transformar a las ciencias, de cara al futuro, en uno de los pilares fundamentales de la educación preescolar en Chile.

La subsecretaria de Ciencia, Conocimiento, Tecnología e Innovación, Carolina Torrealba, fue parte de la actividad.

—Sabemos que los niños aprenden jugando y parte de eso viene de la experimentación, de hacerse preguntas sobre lo que pasa frente a sus ojos —complementa Castro—. Los niños son científicos naturales, ya que siempre están creando cosas, por lo que este tipo de actividades apuntan a potenciar futuras habilidades en estas materias.—Con este tipo de experiencias, se busca fomentar el interés en actividades basadas en las ciencias, que en esta etapa son motivadas por la curiosidad infantil —comenta Torrealba—. Es por esto que queremos llevar científicas y científicos a más establecimientos, para que hablen de su trabajo y puedan elaborar experimentos para estos niveles de educación.

Las autoridades y los alumnos se dividieron en dos grupos. Uno liderado por Katia Soto, doctora en Ciencias Biomédicas e investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Chile, quien les habló a los niños sobre los diminutos seres que habitan dentro de nosotros: los millones de microorganismos que ayudan al cuerpo en todas sus funciones, y que incluso están, comentó, en nuestros dedos. Entonces, le pidió a su entusiasta público que marcara sus huellas dactilares en placas de vidrio y, con un microscopio conectado a un proyector, analizaron los seres que cada uno tenía en su propia piel.

—Por eso, cada vez que abracen a sus papás no solo les estarán dando cariño —dijo Soto, para culminar—, sino que también parte de su universo bacteriano.

En paralelo, la charla “Mis primeros pasos en hidroponía”, a cargo de Rocío Muñoz, recorrió los principios esenciales de la botánica, del cultivo de suelos y de la fisiología vegetal. Luego de una exposición sobre tipos de árboles, plantas y ecosistemas, la ingeniera agrícola —especialista en zonas áridas— les entregó a los niños botellas plásticas desechables, para que las rellenaran con tierra, vermiculita y algunas pequeñas plantas, consiguiendo una estructura hidropónica sencilla y de riego automático. Con este ejercicio, Muñoz quiso demostrar lo fácil que es cuidar y fomentar la flora en nuestro ecosistema.

“No hay científico que no juegue en un laboratorio, tal como lo hace un niño. El proceso del ser humano para surgir, aprender y entender su entorno tiene que ver con la experimentación”, dice la investigadora Rocío Muñoz.

La ingeniera agrícola aseguró que el objetivo de ingresar a un aula preescolar es mostrarle a los niños que la realidad puede ser analizada de distintas maneras. Además, dijo, es un lugar en donde la ciencia está en su estado primigenio: el juego.

—No hay científico que no juegue en un laboratorio, tal como lo hace un niño —dice Muñoz—. Uno juega cuando investiga una inquietud. Lo hacemos desde siempre, desde cuando metemos los dedos en el enchufe y nos enteramos que es una mala idea. El proceso del ser humano para surgir, aprender y entender su entorno tiene que ver con la experimentación.

La microbióloga Katia Soto, junto a los alumnos del jardín Parque de Los Reyes.

 

Por su parte, la directora del jardín infantil Parque de los Reyes, María Elena Barra, se mostró agradecida por recibir a 1000 Científicos, 1000 Aulas en su establecimiento, y señaló que esto abría la posibilidad de potenciar nuevos escenarios para sus párvulos.

—Todo lo que se hace en un jardín es a partir de la exploración, de brindar escenarios que tengan facilidades de aprendizaje, y las actividades científicas son significativas al trabajar desde el contacto directo —dice Barra—. Además, fue muy importante que vinieran Katia y Rocío, porque así los niños descubren que ser científico es algo transversal, no masculino, como a veces se cree. Ahora saben que pueden llegar a esa profesión.

Texto: Marcelo Salazar

Fuente: www.explora.cl

Experto sobre hipertensión: «Necesitamos con urgencia incluir el potasio en la ley de alimentos»

| Noticias |

Investigador del Centro de Envejecimiento y Regeneración, CARE Chile UC, explicó que el consumo de potasio mediante alimentos no procesados, disminuye la presión arterial y previene daño cardiovascular. Última Encuesta Nacional de Salud, señaló que un 27,6% de nuestra población sufre esta enfermedad.

Ver noticia completa – www.elmostrador.cl

Conexiones cerebrales vinculan el apetito y estado de ánimo en respuesta al stress

| Noticias |

Un nuevo estudio identifica una nueva red neuronal que regula la alimentación y el estado de ánimo en respuesta al estrés crónico. Inhibir el POMC en el circuito del área tegmental ventral aumenta el peso corporal y la ingesta de alimentos al tiempo que reduce los síntomas depresivos en modelos de ratones.

Noticia completa – neurosciencenews.com

ISP detecta venta ilegal de medicamentos para adelgazar: “Hay un riesgo potencial para la salud”

| Noticias |

El Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) realizó una denuncia ante la Fiscalía Local de Ñuñoa por la venta ilegal en diversas páginas web del medicamento Sentis, cuyo principio activo es la Fentermina, un inhibidor del apetito.

Si bien cuenta con un registro ante el ISP (titular Laboratorio Chile), su indicación terapéutica aprobada es “para el tratamiento a corto plazo de la obesidad, junto con un régimen dietético para reducir el peso corporal en base a la restricción calórica, ejercicio y la modificación de los hábitos alimenticios, en pacientes con un índice de masa corporal (IMC) mayor o igual a 27 Kg/m2 en presencia de factores de riesgo como hipertensión, diabetes e hiperlipidemias”.

Este medicamento debe ser adquirido mediante receta cheque para asegurar que exista una adecuada prescripción médica. “Que existan estos canales ilegales para su adquisición resulta preocupante ya que significa que hay un riesgo potencial para la salud de las personas al no contar con supervisión médica y sin poder asegurar la calidad del producto adquirido”, señaló la directora del ISP, María Soledad Velásquez.

La autoridad sanitaria añadió que “este medicamento de acuerdo con su condición de venta sólo puede adquirirse en farmacias y establecimientos asistenciales, ya que sólo éstos pueden asegurar las condiciones adecuadas para su dispensación”.

La entidad ha recibido notificaciones de reacciones adversas ocasionadas por la Fentermina, como por ejemplo, taquicardias, agitación, ansiedad, malestar general, boca seca, entre otros por lo que la directora hace hincapié en la necesidad de no autoprescribirse estos tratamientos.

En Chile existen nueve productos farmacéuticos que contienen Fentermina como principio activo con registro sanitario vigente, todos autorizados para el tratamiento a corto plazo de la obesidad, entre los que figuran Fentex, Compulxine, Sentis, Finapet, Elvenir y Obexol.

Fuente: www.biobiochile.cl

Científicos crean lagartijas albinas, primer reptil modificado genéticamente

| Noticias |

Una técnica de edición genética conocida como CRISPR ha conducido a importantes avances en ratones, plantas y humanos, pero hacer que esa tecnología funcionara en reptiles había resultado imposible debido a diferencias reproductivas cruciales.

No obstante, un grupo de científicos de la Universidad de Georgia logró superar este desafío y consiguió con éxito crear lagartijas anolis albinas, que podrían ayudarnos a comprender mejor los problemas de visión de las personas con albinismo.

“Hemos estado batallando durante mucho tiempo para averiguar cómo modificar los genomas de los reptiles y manipularlos, pero nos hemos quedado estancados en el modo en que se realiza la edición de genes en los principales modelos de sistemas”, dijo Doug Menke, coautor de un artículo que describió el trabajo publicado el martes en la revista Cell Press.

Una lagartija albina (modificada genéticamente) y una normal | El País

Los principales modelos de sistemas son los organismos comúnmente estudiados en el laboratorio como ratones, moscas de la fruta y peces cebra.

La edición genética CRISPR generalmente se realiza en óvulos recién fertilizados o cigotos unicelulares, pero la técnica es difícil de aplicar a los animales que ponen huevos. La razón es que los espermatozoides permanecen almacenados durante mucho tiempo en los oviductos de las hembras y es difícil saber el momento preciso en que se producirá la fertilización.

Doug Menke | The University of Georgia | Agence France-Presse

Sin embargo, Menke y sus colegas notaron que la membrana transparente que cubre los ovarios de las lagartijas les permitía ver qué óvulos serían los fertilizados, y decidieron inyectarles los reactivos CRISPR justo antes de que esto ocurriera.

No solo funcionó sino que, para su sorpresa, las ediciones de genes afectaron tanto la línea materna como el ADN paterno y no solo en la primera como habían previsto.

Pero, ¿por qué eligieron hacer que las lagartijas fueran albinas?

Primero, dijo Menke, eliminar el gen de la tirosinasa, que cataliza la producción de melanina y produce albinismo, no es letal para el animal.

En segundo lugar, los humanos con albinismo a menudo tienen dificultades de visión, por lo que los investigadores pueden usar a estas lagartijas del tamaño de un dedo índice como modelo para estudiar cómo el gen afecta el desarrollo de la retina.

“Los humanos y otros primates tienen una característica en el ojo llamada fóvea, que es una estructura en la retina en forma de hoyo que es clave para la agudeza visual. La fóvea está ausente en los principales modelos de sistemas, pero está presente en las lagartijas anolis, ya que confían en la visión altamente aguda para cazar insectos”, dice Menke.

El equipo sostiene que la técnica también podría aplicarse a las aves, que han sido editadas genéticamente en el pasado pero utilizando procesos más complejos.

Desde que irrumpió en escena hace casi dos décadas, la CRISPR(también conocida por su nombre completo, CRISPR-Cas9) se ha utilizado para una serie de aplicaciones revolucionarias: desde reducir la gravedad de la sordera congénita en ratones hasta crear polémicos bebés humanos inmunes al VIH.

Menke argumentó que era esencial ampliar el rango de animales en los que se podría aplicar la técnica.

“Sin duda, cada especie tiene cosas que decirnos si nos tomamos el tiempo para desarrollar los métodos para realizar la edición genética”, dijo.

Fuente: www.biobiochile.cl