El aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias producen un estrés hídrico que ha sido aprovechado por un hongo. El primer signo es que el follaje de las araucarias comienza a secarse.
Un estudio, publicado en la revista científica Journal of Hydrology, analizó la superficie y disponibilidad de agua de 12 lagos andinos de Chile, estimando que su superficie ha disminuido hasta en un 25%. Con estos resultados, el trabajo abarca el riesgo de desaparición de ecosistemas lacustres a causa del aumento de las temperaturas, déficit de precipitaciones y diversas presiones humanas. También se advierten implicancias en la disponibilidad de agua dulce para las comunidades humanas y actividades productivas. De esta forma, se busca generar evidencia para impulsar políticas efectivas de gestión del agua, en el contexto actual y futuro de crisis hídrica. Desde el IEB entregan más detalles.
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