Respecto de las declaraciones del Ministerio de Salud relacionadas con la recomendación de la toma de muestra de saliva y promover ampliamente su uso como una alternativa de igual rendimiento que la muestra de hisopado nasofaríngeo para el diagnóstico molecular de SARSCoV-2 en nuestro país, la Mesa Técnica compuesta por Microbiólogos clínicos y profesionales de Laboratorio Clínico pertenecientes a la Sociedad Chilena de Infectología señalan lo siguiente:
La toma de muestra nasofaríngea ha sido por décadas ampliamente utilizada en el diagnóstico de virus respiratorios en Chile y a nivel mundial (OMS y CDC, esta última actualizada al 22/5/2020), por lo que se encuentra muy bien estandarizada en la Red de laboratorios clínicos a lo largo de nuestro país y representa una gran fortaleza de la red asistencial.
No te expongas y quédate en tu casa.
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En la Columna Agro de Francisco Contardo, el periodista especializado chileno conversa con el ex asesor principal en política alimentaria mundial del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Jack Bobo; quien es hoy CEO de Futurity, posición desde la cual realiza análisis y asesoría internacional sobre el futuro de los alimentos y la agricultura, pronunciando más de 400 discursos en 50 países sobre el futuro de los alimentos y cómo generar confianza en el consumidor.
A raíz de la publicación de información en medios de prensa nacional respecto del uso de ivermectina como terapia para pacientes COVID-19, creemos necesario puntualizar:
En enero, una de las primeras publicaciones sobre las personas enfermas por el nuevo coronavirus en Wuhan, China, informó que tres de cada cuatro pacientes hospitalizados eran hombres. Desde entonces, los datos de todo el mundo han confirmado que los hombres enfrentan un mayor riesgo de enfermedad grave y muerte por COVID-19 que las mujeres y que los niños se salvan en gran medida. Ahora, los científicos que investigan cómo el virus hace su trabajo mortal se han centrado en una posible razón: los andrógenos, las hormonas masculinas como la testosterona, parecen aumentar la capacidad del virus para ingresar a las células.
La académica del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias, e investigadora líder del proyecto anillo “Estrés abiótico para una agricultura sustentable”, Claudia Stange, conversó con Prensa U. de Chile sobre qué es el mejoramiento genético de plantas, qué son las plantas transgénicas, y cuál es la importancia de estos temas para los seres humanos.
El cerebro es el órgano central para percibir y adaptarse a las distintas circunstancias. La actual pandemia es un factor desencadenante de estrés, acción que remodela su arquitectura para responder ante el peligro que representa ese nuevo virus. Una adaptación exitosa, que ha permitido a los humanos evolucionar, pero que cuando es persistente, como hoy, muestra múltiples efectos en el organismo.
Esta semana hemos transitado desde un sueño malo hasta una pesadilla, debido al aumento estratosférico de casos del Covid-19 en el país y, particularmente, en la Región Metropolitana. ¿Por qué nos encontramos en esta lamentable situación sanitaria y qué podemos hacer? La respuesta a la primera pregunta, a mi juicio, es que en un país muy interconectado como Chile -y con grandes ciudades con sus particulares características estructurales y sociales-, las cuarentenas secuenciales y parciales no funcionan bien, sobre todo si duran poco tiempo.
El final del período Devónico, hace 359 millones de años, fue un momento lleno de acontecimientos: los peces avanzaban lentamente y los bosques helechos avanzaban por tierra. El mundo se estaba recuperando de una extinción masiva 12 millones de años antes, pero el clima aún era caótico, oscilando entre las condiciones de invernadero y las heladas tan profundas que se formaron glaciares en los trópicos. Y luego, justo cuando el planeta se estaba calentando por una de estas glaciaciones, se produjo otra extinción, aparentemente sin razón. Ahora, las esporas de plantas parecidas a helechos, preservadas en antiguos sedimentos de lagos del este de Groenlandia, sugieren un culpable: la capa protectora de ozono del planeta se despojó repentinamente, exponiendo la vida de la superficie a una explosión de radiación ultravioleta (UV) que causa mutaciones.
Al igual que una ciudad urbana en expansión, ciertos vecindarios del cuerpo humano apoyan a diferentes comunidades de microbios. Y muchos de estos son buenos tipos; los microbios en nuestro intestino nos ayudan a digerir los alimentos, por ejemplo, mientras que aquellos en nuestra lengua y piel pueden proteger contra los patógenos invasores. Ahora, los investigadores también han encontrado bacterias beneficiosas en nuestra nariz. Este «microbioma nasal» puede proteger contra la inflamación crónica de los senos o incluso las alergias.