El verano pasado, Friederike y Jörg von Beyme se pararon en una ladera cubierta de zarzas y asoleada en las afueras de esta pequeña ciudad en el este de Alemania. Hace solo 4 años, la ladera, que forma parte de un bosque de casi 500 hectáreas que la pareja compró en 2002, era verde y sombreada, cubierta de abetos de Noruega altos y prolijamente dispuestos que la pareja planeaba cortar y vender.
Adoptar nuevos hábitos para combatir el cambio climático supone modificar cómo nos desplazamos, consumimos y nos alimentamos. No es fácil: en general, los europeos son reticentes. Además, las acciones individuales deben ir acompañadas de políticas climáticas para limitar el aumento de la temperatura media global a 1,5 ºC.
Más de 100 organizaciones, científicos y científicas chilenos y latinoamericanos solicitan al Estado de Chile que termine con las licitaciones y concesiones para extraer carbón en el país. La idea es ponerle fin de raíz a la industria del carbón y cumplir con las medidas urgentes para mitigar la crisis climática.
“La madera muerta es un componente ecológico importante en el funcionamiento de los ecosistemas de bosques templados al proporcionar biodiversidad y regular las reservas de carbono”, según señala un estudio realizado por un grupo de investigadores chilenos.
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