Los avances médicos de los últimos años han añadido alternativas contra el cáncer y en Chile, un grupo transversal de científicos y científicas se encuentran desarrollando un novedoso método para combatir tumores y así generar el menor daño al tejido sano circundante.
Investigadores de la Universidad de Harvard han integrado tejido muscular del corazón humano y un sencillo marcapasos en un pez fabricado con hidrogel. De esta forma han conseguido que se mueva durante más de 100 días de forma autónoma, estudiando los procesos biofísicos que están detrás para desarrollar un corazón artificial en el futuro.
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Investigadores del CSIC lideran un estudio que demuestra que la mayoría de los pacientes con esta patología presenta niveles altos del gen RRAS2. Además, se relaciona una mayor cantidad de este oncogén con una mayor agresividad del cáncer. Este descubrimiento abre las puertas a la exploración de nuevos tratamientos.
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Un estudio realizado durante 20 años en más de diez millones de militares estadounidenses apunta a este virus del herpes que puede provocar la mononucleosis infecciosa como uno de los culpables, ya que multiplica por 32 el riesgo de sufrir esta enfermedad del sistema nervioso. Eso sí, por ahora no es posible demostrar directamente la causalidad.
A fines del año pasado, la gran cumbre climática en Glasgow, Reino Unido, la 26.ª Conferencia de las Partes de la convención climática de las Naciones Unidas (COP26), inyectó un impulso muy necesario a la comunidad política y empresarial en la lucha para detener el cambio climático. El próximo año representa una oportunidad para que científicos de todas las tendencias ofrezcan su experiencia y se aseguren de tener una voz en este esfuerzo monumental.
Más allá de los riesgos y del agravamiento que la contaminación atmosférica tiene sobre las enfermedades respiratorias, los científicos han comprobado ahora que la contaminación por partículas del aire está directamente relacionada a largo plazo con la hipertensión arterial.
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Hace una década, el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de EE. UU. Convocó un taller sobre cómo mejorar el rigor de la investigación preclínica. Sus recomendaciones eran sorprendentemente sencillas: los científicos deberían enmascarar (o “cegar”) sus estudios; aleatorizar estimar tamaños de muestra apropiados; y especificar reglas para el manejo de datos (SC Landis et al . Nature 490 , 187-191; 2012). Diez años después, muchos científicos preclínicos aún no toman estos pasos básicos.
Las generaciones anteriores se enfrentaron a las consecuencias de la crisis financiera mundial y al impulso de las economías emergentes. Hoy dominan el COVID-19 y las preocupaciones sobre la diversidad.
El cambio climático global es una realidad y requiere de nuestro accionar en el más breve plazo y, en ese sentido, las comunidades de esta región extrema esperan soluciones de una ciencia para el desarrollo territorial.